El ministro de Salud Pública y Bienes­tar Social llamó la atención el viernes último por el alto nivel de infestación larvaria existente y dijo que consti­tuye una fuerte amenaza para la propagación del dengue y otras enfermedades producidas por el mosquito aedes aegypti. Dijo también que aumentaron las notificaciones de casos febriles sospechosos, lo que hace presumir que en cualquier momento puede dispararse un brote del dengue y de las otras enfermedades ocasionadas por el mismo vector, como son la zika y la chikungunya.

Hizo un llamado para no relajarse aunque hasta ahora no se dieron muchos casos de estas enfermedades, porque los altos índices de infestación larvaria sumados a los muchos casos febriles reportados indican que estamos ante el riesgo de la inminente aparición de esas dolencias.

Las estadísticas dadas a conocer por los orga­nismos especializados muestran alarmantes índices de propagación de larvas del insecto en la capital y en varias localidades del departa­mento Central. Los niveles de infestación lar­varia no deben sobrepasar el 1%, de acuerdo con los estándares internacionales de salud, pero aquí son muy superiores.

Invitación al canal de WhatsApp de La Nación PY

El Senepa ha realizado un estudio en diversos barrios de Asunción y en varias localidades de Central para determinar la cantidad de hue­vos del mosquito aedes aegypti. Encontró que el grado de infestación larvaria en Asunción es del 11,8%, en tanto que en Lambaré halló un índice de 10,18%, y en San Lorenzo un 11,20%. En tanto que las cifras contabilizadas en otras localidades han sido más altas, como Mariano Roque Alonso, con un 13,44% de proliferación de larvas y Villa Elisa, con el pico de 17,20%.

Así como la transmisión de la enfermedad se produce mediante la picadura de las hembras del insecto que están infectadas, la falta de cui­dado de la población que permite la acumula­ción de agua en recipientes varios es la causa de la proliferación del mosquito transmisor. Como sin agua estancada no es posible la existencia de las larvas y de los mosquitos, la presencia de la enfermedad depende en gran medida del comportamiento de las personas, un silogismo tan simple, que debe entender la ciudadanía.

Parecería fácil abordar el problema y elimi­nar todas las posibilidades de la aparición del insecto transmisor y de las enfermedades que ocasiona. Pero la experiencia demuestra que el comportamiento de la gente deja mucho que desear, por falta de instrucción adecuada en la materia o por desidia. Por lo que un gran por­centaje de la población es responsable de la alta infestación larvaria.

La autoridad sanitaria insistió por ello en que la ciudadanía tiene que hacer un mayor esfuerzo para eliminar los criaderos de los mosqui­tos, porque esa es la única manera para salvar vidas.

Pero no basta con que el ministro de Salud haga una conferencia de prensa con la idea de sen­sibilizar a la ciudadanía sobre la necesidad de eliminar criaderos. El Gobierno, como respon­sable de la conducción del país, debe reaccionar con más energía y decisión ante la situación en todos los frentes posibles, tanto en educación, limpieza, acción sanitaria y cívica.

Los organismos públicos deben encabezar una campaña que abarque a todos los estratos de la sociedad para prevenir las aludidas enfermeda­des antes de que los hospitales y centros médi­cos comiencen a llenarse de enfermos, como en años anteriores. Tienen que articular una tarea conjunta con los medios de comunicación para la educación sanitaria y el compromiso de la gente, involucrando fuertemente a la sociedad en la tarea de mantener sus hogares y alrededo­res limpios de todo posible criadero.

Los municipios, comisiones barriales, parro­quias, las diversas confesiones religiosas, uni­dades militares, policiales, clubes deportivos deben involucrarse en la tarea como una causa nacional en la guerra contra el mosquito y las enfermedades que ocasiona.

La ciudadanía no puede continuar pasiva, espe­rando todo de las instituciones públicas y pri­vadas. Debe adquirir conciencia del problema y actuar en consecuencia. Pero es el Gobierno, con sus instituciones, el que debe encabezar con toda energía la campaña para asegurar la salud de la población nacional.

Dejanos tu comentario