El Ministerio de Hacienda acaba de confirmar que la inversión pública cayó 11,8% el año pasado, luego de haber tenido un incre­mento del 82,65% desde el 2013 al 2107 durante la administración anterior. La dis­minución relativa del dinero invertido por el Gobierno se fue acentuando durante los últimos meses del 2018 que coinciden con el inicio de la administración de Mario Abdo Benítez. Esto genera preocupación en los ámbitos público y privado, por las conse­cuencias negativas que puede acarrear para el país, sobre todo porque no se nota un arranque positivo en la administración actual.

Un informe de la situación financiera del Estado que se conoció el martes revela que las inversiones realizadas por la adminis­tración central del Gobierno han venido disminuyendo en el último semestre del 2018, especialmente desde agosto, cuando declinó en 8,5%. Luego en setiembre se acentuó el fenómeno con una declina­ción del 13,2%, en tanto que en octubre y noviembre tuvieron bajones del 15%, lo que terminó impactando en las cifras finales del año con la caída del 11,8% anual, que en tér­minos comparativos significa que en el 2018 el Estado invirtió 630 mil millones de gua­raníes menos que en el 2017.

El hecho llama la atención porque rompe la tendencia iniciada en el 2013, en que año tras año ha ido creciendo el monto del dinero destinado por el Gobierno en las obras públicas de todo el país. Aparte, el fenómeno resulta preocupante porque sig­nifica que, si se mantiene la caída, como está ocurriendo, traerá graves problemas para el crecimiento del país, que en el último quin­quenio se acostumbró a una fuerte suba de las inversiones públicas.

Así, durante la administración anterior, cuando el Gobierno central invirtió 2 billones 923 mil millones de guaraníes en el 2013, para el año siguiente incrementó las inversiones a 3 billones 294 mil millo­nes de guaraníes, lo que representó un alza del 12,7%. Y para el 2015 los recur­sos destinados a las obras públicas ascen­dieron a 3 billones 749 mil millones de guaraníes, un aumento del 13,8%. El alza de las inversiones públicas no paró ahí, porque en el 2016 se fueron a 4 billones 503 mil millones de guaraníes, un incre­mento del 20%, en tanto que, en el 2017, el monto de los fondos públicos destinados a las obras ascendió el 18,56%, llegando a 5 billones 339 mil millones de guara­níes, cifra jamás alcanzada por ningún gobierno en la historia del país.

Como puede verse, la historia del aumento continuado de los recursos invertidos por el gobierno central paró abruptamente y dis­minuyó en el 2018 con la nueva administra­ción, por lo que hay motivos valederos para la preocupación.

Las cifras señaladas son muy elocuentes y no dan lugar a ninguna otra interpretación: las inversiones que suele hacer el gobierno central han caído y el golpe ocasionado por el hecho lo absorberá el país.

Si a esto se añade que la producción de soja está disminuyendo y que en la cosecha total se tendrá una fuerte caída, tenemos un panorama poco alentador para el año recién comenzado. Los gremios de la producción calculan el perjuicio en alrededor de 300 millones de dólares, con sus consecuencias negativas en otros renglones de la actividad económica.

El panorama que vive el país en estos momentos es de preocupación en el ámbito económico. Y, obviamente, la economía tiene una influencia tal en la sociedad que nadie podrá sentirse ajeno a sus consecuen­cias negativas.

Por eso puede afirmarse sin exageración que el desafío más grande que tiene ahora el Gobierno es tomar conciencia de la situa­ción, comenzar a mover la estructura anquilosada de algunas de sus institucio­nes, empujar a trabajar a los pusilánimes y empezar a actuar rápidamente.

El presidente Mario Abdo Benítez no tiene otra que tomar cartas en el asunto: debe ordenar el comienzo de más obras públicas, la reanudación de las que están paralizadas, la aceleración de otras y comenzar a incre­mentar con velocidad la erogación de recur­sos para mover la economía. Desde que asu­mió pasaron cinco meses y ya no tiene más tiempo que perder.