En el último segmento de la administración Cartes, el primer semestre de este año, el desempeño de la economía fue uno de los mejores del continente, ya que creció en 5,2% comparado con similar período del 2017, según el Banco Central del Paraguay (BCP). Las construcciones, manufactura y servicios fueron los sectores de mayor dinamismo, que hicieron posible el buen comportamiento, aunque se estima que en el segundo semestre no tendría el mismo desempeño por la declinación de algunas variables, como el comercio.
De acuerdo con el análisis de los expertos del área económica, lo más resaltante es que la gestión del gobierno anterior tuvo mucho que ver para este repunte económico conseguido en los primeros seis meses del 2018, gracias a lo cual se podría llegar a la previsión de un crecimiento anual del 4,7% en el año.
El dinamismo alcanzado en los primeros seis meses del año es similar a la actuación que ha tenido la economía nacional desde el 2013 y que hicieron que el quinquenio 2013-2018 fuera uno de los mejores en la historia reciente del país.
La aprensión sobre la suerte del segundo semestre y sus peligros no es infundada, ya que existen datos de la realidad que hablan de un menor crecimiento o hasta declinación. El propio informe del BCP destaca la existencia de algunos síntomas de posible desaceleración. Uno de los sectores podría ser el comercio, debido a una probable disminución del consumo a causa de la fuerte devaluación del peso argentino que habitualmente castiga al comercio interno, sea por el aumento del contrabando o por las compras que se hacen en el vecino país.
La banca central tiene registrados datos que indican la tendencia declinante del consumo privado en el segundo trimestre del año que podría acentuarse en el tercer y cuarto trimestre. El consumo privado que había tenido un crecimiento del 6,1% de enero a marzo solamente tuvo un alza del 4,2% en el segundo trimestre. Por lo demás, la situación cambiaria de la Argentina a partir de mayo ya se está notando en las ciudades fronterizas, incluida Asunción, donde la fuerte disminución del turismo argentino de compras se está haciendo notar fuertemente comparado con los primeros meses del año y todo el 2017.
Lo que algunos se preguntan es qué puede hacer la administración estatal para evitar que decline el ritmo del crecimiento económico en el segundo semestre y garantice en cierto modo que en el resto del año no se produzca ninguna disminución que pueda comprometer la buena salud de la economía del país.
Ciertamente hay muchas variables que no dependen de la administración del Estado, pero es inevitable recordar que la conducción del aparato económico desde la gestión gubernamental tiene fundamental importancia en la marcha de la economía de un país. Si no miremos el desempeño económico de la Argentina o del Brasil para tener solo algunos ejemplos de cuán importante es el papel del Estado en esa materia.
Por ello no es ocioso insistir en que el gobierno actual debe ser muy prudente en sus medidas y no realizar experimentos en la economía que pueden costarle caro el país. Aunque teniendo en cuenta el perfil y la conducta del nuevo ministro de Hacienda, la principal cartera económica, todo parece indicar que se continuará en líneas generales en la ruta económica exitosa iniciada durante la gestión anterior. Sobre todo, en el área fiscal donde es importantísimo mantener el equilibrio que se ha conseguido y que constituye la envidia de otros países.