El presidente de la República viajó a Nueva York para asistir a la Asamblea General de las Naciones Unidas a estrenarse internacionalmente como nuevo mandatario del Paraguay. Aparte de la presentación que hará en el plenario universal, también está realizando contactos con personalidades de algunos países y con representantes de organizaciones económicas.
Lastimosamente para nuestro país el presidente Abdo Benítez en el primer mes de su mandato cometió uno de los mayores errores en relaciones internacionales con la innecesaria provocación a Israel que motivó la crisis diplomática con esa nación. Es de esperar que esa equivocación le haya servido de lección y conduzca las relaciones externas de nuestro país con mayor acierto con ocasión de tomar contacto durante la asamblea de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) con mandatarios y exponentes de otros países del mundo.
Apenas llegó el domingo, el Presidente tuvo su primera entrevista con la máxima autoridad de la ONU, el portugués Antonio Guterres. El lunes contactó con directivos de una consultora económica internacional, tuvo un almuerzo con inversionistas y luego participó de la cena protocolar ofrecida a los mandatarios por el presidente Donald Trump. Tiene también pautadas reuniones bilaterales con sus colegas del Mercosur, aparte de entrevistas con mandatarios de Canadá, Croacia, Francia y otros países, según el plan original.
Es de desear que, en medio de estas entrevistas, muchas de ellas casi tan solo protocolares, se aproveche la ocasión para conseguir nuevas cooperaciones, explicar algunas actitudes que pueden no haber caído bien en algunos países y afianzar la presencia internacional paraguaya. En la tarea de fortalecer lazos, sería muy útil que tomara contacto con diplomáticos de Israel para limar asperezas y tender puentes positivos en aras del buen relacionamiento con ese país. Después de todo, Israel ha sido y sigue siendo un buen amigo.
Paraguay no puede darse el lujo de enemistarse con los países que, como el Estado de Israel, tienen con nosotros cooperaciones técnicas y económicas de las que necesitamos para progresar más rápidamente. Por lo que este contacto del primer magistrado con la cúpula de las relaciones internacionales en Nueva York se debe aprovechar para subsanar las desavenencias e intentar reatar las buenas relaciones con ese país.
La diplomacia es la ciencia y el arte de restañar heridas y arreglar entuertos, por lo que el señor Presidente debe recurrir a sus colaboradores más capaces para enderezar el relacionamiento con Israel y lograr que la crisis se convierta en la oportunidad para un mejor entendimiento en beneficio de los intereses genuinos de nuestro país. Paraguay no se puede dar el lujo de provocar a sus mejores socios y amigos por errores de cálculo o falta de profesionalidad de algunos de sus funcionarios. Y está a tiempo de volver atrás en algunas decisiones cuestionables en aras de los altos intereses del país.
La experiencia demuestra que solo la amistad y la cooperación de las naciones que verdaderamente han ayudado y ayudan al Paraguay darán solidez a nuestras relaciones con el mundo y podrán garantizar el desarrollo que pretendemos. No entender así puede resultar peligroso para el éxito de nuestro país en el concierto internacional.