Estamos en vísperas de la presenta­ción del proyecto de ley del Presu­puesto General de la Nación al Poder Legislativo por parte del Ejecutivo. Es el momento de enfatizar que la ley que rige el ejercicio anual de la administración esta­tal sea equilibrada y se ocupe de los principa­les requerimientos del país. Que se atiendan en ella las necesidades más sentidas y que a los gastos públicos se los convierta en el incentivo para el crecimiento de las grandes mayorías del país para lograr un mejor bienestar, y no el sostenimiento de los criticados privilegios de algunos sectores políticos, como el de los legis­ladores. Que se siga invirtiendo con fuerza en los sectores sociales más vulnerables.

El direccionamiento del presupuesto estatal de un año no va a hacer el milagro de cambiar la realidad, pero el énfasis y el rumbo que se le vaya dando en cada ejercicio fiscal sí traerá, en un plazo prudencial, los progresos que requiere el Paraguay en sus puntos más álgidos.

En el quinquenio del 2013-2018, el presu­puesto estatal ha sido un instrumento muy útil para luchar contra la pobreza y mejorar la situación de miles de paraguayos que en ese tiempo pasaron de la marginalidad a una situación más desahogada. Pero, como las necesidades han sido y son tan grandes por décadas de olvido, se puede afirmar que la pro­moción de los más necesitados es una tarea que apenas ha comenzado y debe continuar con mucho énfasis.

Observando el presupuesto de las inversiones y gastos en el sector social de los últimos años, puede decirse que ha sido el área que mayor aumento de dinero público ha recibido de acuerdo a la clasificación funcional de las leyes de gastos de la Nación.

En el presupuesto nacional del 2013 (Ley 4.848/12), el renglón denominado Servicios Sociales había recibido la asignación de 23 billones 818.515 millones de guaraníes. Cinco años, después, en el presupuesto del 2018 (Ley 6.026/18), le eran destinados recursos presu­puestarios por 34 billones 549.012 millones de guaraníes, lo que representa un incremento del 45% mediante la gestión del Gobierno.

Los denominados Servicios Sociales en la ley presupuestaria comprenden la salud, edu­cación y cultura, promoción y acción social, viviendas y servicios comunitarios, entre los principales.

En el capítulo de servicios sociales, el área que decididamente tuvo el mayor aumento de recursos presupuestarios para invertir en la gente fue el de Promoción y Acción Social, que durante la gestión del gobierno anterior tuvo un incremento de 69,8%. En el 2013, cuando asumió la administración Cartes, el total de recursos para este sector era de 3 billones 869.561 millones de guaraníes y ahora, en el 2018, el dinero previsto para estos servicios asciende a 6 billones 570.796 millones de nues­tra moneda. Este incremento habla con elo­cuencia de la alta preocupación que ha tenido por los sectores sociales más pobres la admi­nistración estatal de ese quinquenio.

Además de la sensibilidad hacia los más nece­sitados, el gobierno anterior ha demostrado un fuerte énfasis presupuestario hacia áreas relevantes como educación y salud. Así el pre­supuesto de Educación, que en el 2013 era de 4 billones 160.670 millones, en el último año de la era Cartes subió a 6 billones 366 mil 452 millones de guaraníes, lo que constituye un alza del 53%.

En el capítulo servicios sociales, los fondos destinados a los de salud tuvieron un alza del 45%, pues de 6 billones 310.704 millones, hace cinco años atrás, en el 2018 subieron a 9 billo­nes 164.350 millones.

El nuevo gobierno debe seguir en esa misma línea enfatizando en la inversión social en todos los ámbitos de su actuación, por lo que en el presupuesto para el año entrante debe mostrar su preocupación y su gestión en ese sentido.

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