La Cámara de Senadores aprobó apretadamente por escasos votos de diferencia el acuerdo por notas reversales para el ordenamiento económico y financiero de la Entidad Binacional Yacyretá entre Paraguay y Argentina, que se había firmado en mayo del año pasado. Con ello, la Cámara Alta da también su visto bueno al proyecto de maquinización del brazo Aña Cuá del río Paraná, con lo que se potenciará en 10% la producción de energía eléctrica de la hidroeléctrica paraguayo-argentina.
Aunque no se le haya dado demasiada importancia en los medios de comunicación, uno de los aspectos más importantes del acuerdo mencionado es la posibilidad de reordenar económica y financieramente la entidad binacional, que por varias décadas ha navegado en medio de un caos considerable. Mediante el documento, por fin se sabe cuánto es la deuda real de la entidad y qué corresponde a Paraguay y qué a la Argentina; cuánto debe recibir el Paraguay por territorio inundado y otros puntos que anteriormente estaban en la nebulosa y que ahora finalmente se establecen con claridad luego de largas negociaciones entre paraguayos y argentinos.
La alternativa era seguir con la caótica situación anterior en los manejos de la entidad binacional, que constituía un enorme perjuicio para nuestro país, o dar vía libre al referido ordenamiento. Felizmente, en el Senado primó la cordura y se otorgó el visto bueno al importante arreglo entre las dos naciones. Se le dio la espalda a los que se oponían solamente por intereses políticos mezquinos con declamaciones pomposas, que solo buscaban la continuidad del desorden y la incertidumbre en una de las entidades hidroeléctricas más importantes del mundo.
Entre los otros beneficios que traerá el acuerdo es que por primera vez se establece el monto que deberá recibir el Paraguay por compensación del territorio inundado, que en un 80% corresponde al lado paraguayo. Otro punto importante es que la Ande incrementará su ingreso en concepto de compensación por carga administrativa, y como a nuestro país le pertenecerá 1 millón de megavatios de generación, también recibirá más pagos por cesión de energía.
Justamente se está buscando maquinizar el brazo Aña Cuá del Paraná para posibilitar el aprovechamiento máximo de las potencialidades del río y darle más eficiencia a la hidroeléctrica. Es mentira, como dicen sus detractores, que esta decisión técnica tenga solo el interés político de favorecer a la Argentina, pues de momento es una obra binacional que sus beneficios serán la mitad para Paraguay. Que se los aproveche o no, ya dependerá del patriotismo y la eficiencia de los paraguayos, que son otro tema.
Existen numerosas razones técnicas, financieras y políticas para el aprovechamiento del brazo Aña Cuá. Una de las principales es que actualmente se está dejando de percibir 80 millones de dólares anuales por dejar que el agua se derrame sin sentido por el vertedero de Aña Cuá, ya que con él se pueden producir 2 millones de megavatios por hora si se lo aprovecha.
La maquinización de ese brazo del río se hará con una inversión de 610 millones de dólares, que será aprovechada por las empresas y por alrededor de 3.000 obreros que trabajarán en las obras, con su consiguiente beneficio para muchas familias. Para la obra no se tomará prestado ni un dólar de los bancos ni de los gobiernos, pues se hará con financiamiento propio.
La aprobación de las notas reversales representa, entonces, un paso adelante en la concreción de los grandes proyectos que tiene el Paraguay y el fortalecimiento de las instituciones encargadas de llevarlos adelante asegurando el presente y pensando en el futuro. Con ello se da un paso significativo en el camino de seguir creciendo y desarrollando el Paraguay.