Una de las decisiones más importan­tes de los cancilleres en la reciente cumbre del Mercosur en Asunción fue la firma de un acuerdo de los países miembros que permitirá seguir apo­yando programas de desarrollo mediante el Fondo de Convergencia Estructural del Merco­sur (Focem). El pacto deberá seguir los trámi­tes de rutina para concretarse en realidad, pero el hecho de que se prosiga con ese instrumento financiero es de fundamental importancia para continuar con la eliminación de las desigualda­des económicas que actualmente existen entre los países miembros del bloque regional.

Desde que se creó el Focem, en el 2004, y se hizo operativo en el 2006, este fondo ha cum­plido con creces el propósito con el que se lo fundó. Pues se ha constituido en el primer y principal mecanismo solidario para financiar proyectos de los países del grupo, con el obje­tivo de eliminar las asimetrías existentes entre las naciones miembros. El capital está formado por las contribuciones de los cuatro países integrantes activos de acuerdo a su capacidad económica y se distribuye proporcionalmente a las necesidades de cada uno de los socios, a fin de ayudar a los más necesitados. Los fondos de Focem se entregan en forma gratuita como donación y, por lo tanto, no son reembolsables ni tienen costo financiero.

Otro detalle significativo de la corta historia de Focem es que el Paraguay ha sido el país más beneficiado con los financiamientos entrega­dos por el organismo regional, como indican los reglamentos vigentes.

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Por disposición de sus propias normas para los diferentes programas aprobados, nuestro país debe recibir el 48% de los recursos del fondo. Uruguay debe percibir el 32% de los mismos, en tanto que Brasil y Argentina, el 10% cada uno. Lo que quiere decir que, en los hechos prácticos, es un instrumento regional conce­bido para ayudar al Paraguay principalmente, por ser el país menos desarrollado en compara­ción con los otros tres miembros del bloque.

Es por esto que la decisión adoptada recien­temente por los cancilleres del Mercosur de darle continuidad al financiamiento de los pro­gramas de desarrollo del bloque mediante nue­vas iniciativas a cargo de Focem representa una buenísima noticia para nuestro país y una luz de esperanza para numerosos proyectos en preparación.

El propio representante paraguayo en uno de los organismos del Mercosur manifestó que el 90% de los programas de Focem corres­ponde a proyectos presentados por Paraguay y Uruguay, por lo que durante la presidencia pro tempore de nuestro país se buscó impul­sar el acuerdo para proseguir con las propues­tas. Había destacado que el fondo es uno de los instrumentos de mayor impacto del proceso de integración regional, ya que ha permitido hasta ahora financiar 18 proyectos paraguayos y otros varios están en etapa de negociación.

Hasta hoy el monto de los proyectos financia­dos por el fondo en Paraguay alcanza a más de 567 millones de dólares, sin contar con el aporte de la contrapartida local. Mediante ese dinero se hicieron la línea de transmisión eléctrica de 500 kV de Itaipú a Villa Hayes que contó con un aporte extraordinario de Brasil, la ruta Concepción-Vallemí, ya terminada, la segunda etapa de la Costanera de Asunción que está en plena ejecución, además de otras obras. Está en preparación el proyecto para construir una ruta entre San Pedro y Concep­ción que todavía no se presentó al Focem.

Como podrá apreciarse, el Fondo de Conver­gencia Estructural de Mercosur ha dado una contribución extraordinaria a varios proyec­tos emblemáticos de nuestro país y en ese sen­tido ha cumplido y cumple un rol fundamen­tal para desarrollar nuestra infraestructura física. Razón por la cual el Paraguay propone y apoya la continuidad de la vigencia del fondo creado justamente para reducir las asimetrías entre los países miembros del bloque regional.

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