En diciembre pasado, al Ministerio de Industria y Comercio (MIC) se le ocurrió asociar al Banco Nacional de Fomento (BNF) y a fabricantes de autos paraguayos e importa­dores de vehículos, y lanzó el programa que denominó Auto Familiar. La idea era facili­tar la compra de vehículos cero kilómetros para el estrato social menos pudiente, con facilidades crediticias y a precios relativa­mente bajos. Por eso se planteó la comercia­lización de automóviles de hasta 60 millo­nes de guaraníes, con un financiamiento de bajo costo que se pudiera pagar hasta en 60 meses de plazo. Que se pudieran comprar en cuotas de alrededor de un millón de gua­raníes mensuales.

El plan del Gobierno con Auto Familiar fue tan exitoso, que algo más de tres meses des­pués se lo volvió a lanzar, ya en una segunda etapa, para abarcar vehículos de mayor valor, con las mismas facilidades de cré­ditos de parte del banco estatal. En estos 100 días los fabricantes e importadores de autos realizaron tan buen negocio que vendieron cerca de 2.000 autos con el pro­grama, según dijo el ministro de Industria y Comercio.

Al indagar sobre las causas de la aceptación de Auto Familiar uno se encuentra con que es una extraordinaria idea de la mencio­nada cartera estatal, que plasmó en hechos reales con la participación del BNF, de ban­cos privados y las compañías de automo­tores.

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Los números que revelaron los protagonis­tas así lo aseguran: Solo el Banco Nacional de Fomento ya aprobó 900 solicitudes de crédito para la compra de autos de ese plan entre diciembre del 2017 y marzo pasado. Es que la tasa de interés de este préstamo promocional es una de las más bajas del sistema financiero: 8,5% anual. A lo que hay que añadir los créditos operados por la banca privada que trabaja con los distintos concesionarios de vehículos.

Otro detalle importante es lo que declaró el directivo de una marca internacional repre­sentada en el país, quien afirmó que entre diciembre y marzo su compañía vendió 523 unidades de un modelo determinado, casi el doble de lo que vendería sin el programa. Este fenómeno se replicó en otras marcas de vehículos económicos, que aguardan comercializar alrededor de 25% más en el resto del año. Por ello el propio ministro promotor del programa se animó a poner como meta la venta de 10.000 vehículos con este sistema en todo el 2018.

En la segunda parte de Auto Familiar se incluyen ahora vehículos que valen casi el doble de lo promocionado de diciembre a marzo, cuyo valor factura ascendía al equi­valente de 9.400 dólares. En esta ocasión el BNF financiará la compra de rodados de este plan hasta un valor de 18.500 dóla­res, equivalente a 100 millones de guara­níes. Esta suma a 60 meses de plazo implica 1.667.000 guaraníes mensuales, más el inte­rés del 8,5%.

Con la ampliación del programa se abar­cará a un segmento de la población de clase media que tiene posibilidades de pagar la cuota mencionada y que posee ingre­sos más altos que los destinatarios de la primera etapa. Las empresas vendedoras incluirán otros modelos con más como­didades y cambio automático, lo que se aguarda ayudará a impulsar fuertemente las ventas.

Pocas veces un programa relámpago ideado y propiciado por el Gobierno tuvo un éxito tan rápido que merece ser repli­cado para favorecer a más personas que necesitan adquirir un elemento tan nece­sario para el sistema de vida actual. Claro, con la intervención del sector privado, que es el que vende sus productos a un precio más cómodo para los compradores, con lo que salen ganando todos: el que adquiere el vehículo, el vendedor, los bancos que finan­cian las compras y también el Estado, que moviliza de este modo un importante sec­tor de la economía y ayuda a mejorar el nivel de vida de los ciudadanos.

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