Hablar de la maquila en Paraguay es referirse a una tarea industrial y exportadora sumamente exitosa que debe figurar en el primer lugar en el "ranking" de nuestros logros económicos de los últimos años. Tan buenos son sus números que solo pueden causar euforia en la hora presente y señalar algunas lecciones para nuestro futuro.
La historia reciente de la maquila en nuestro país es el relato de un creciente aumento de industrias y facturaciones. Según un reportaje publicado por la agencia noticiosa española EFE la semana pasada, la industria maquiladora se desarrolló en nuestro país desde el 2013 al ritmo de dos nuevas empresas por mes, hasta alcanzar 92 compañías en los últimos cuatro años, por lo que se espera llegar prontamente a las 100 empresas.
Desde 1997, en el inicio de la ley de maquila, hasta el 2013 venían al país solo tres industrias por año, lo que demuestra el vertiginoso ritmo que ha adquirido últimamente la radicación de estas compañías. La inversión realizada por el sector en este tiempo es de 300 millones de dólares.
Cifras que se acaban de dar a conocer indican que en lo que va de este año las exportaciones del sector han tenido un incremento del 42% comparado con los diez primeros meses del 2016 y que las facturaciones de octubre último han tenido un crecimiento del 37% frente a octubre del año pasado. Vale la pena resaltar: por cada 100 dólares que se exportó el año pasado de enero a octubre, en los diez primeros meses de este año se facturó por 142 dólares.
Al término de este último mes, las exportaciones de maquila ya superaron la meta que inicialmente se había puesto para este año, de llegar a 350 millones de dólares en todo el 2017. Faltando dos meses para la culminación del año, las facturaciones ya alcanzaron a 369 millones de dólares, por lo que la nueva meta es llegar al 31 de diciembre próximo a los 400 millones de dólares.
Lo más gratificante de este recuento es que no solo aumenta el valor de las exportaciones del sector, sino que, mirando los números, puede apreciarse que también se va incrementando la cantidad de personas empleadas en el área, que es uno de los réditos más interesantes desde el punto de vista social.
Es bueno que suba el valor de las facturaciones, pero si eso no se tradujera en la contratación de más mano de obra el beneficio para el país no sería completo. El caso es que, entre octubre de este año y octubre del año pasado, este sector industrial ha creado fuentes de trabajo para más paraguayos, pues actualmente está empleando a 14,4% más que en octubre del año pasado.
A la fecha figuran en las planillas de las maquiladoras 13.551 personas empleadas, según datos del IPS, lo que, comparado con octubre del 2016, cuando la cantidad de mano de obra era de 11.844 trabajadores significa que se han creado 1.707 nuevos puestos de trabajo en los últimos doce meses.
Cuando los números de la economía tienen repercusiones directas en las personas, como en el aumento del empleo formal con todas sus implicancias, no resta sino aplaudir, porque si alguna justificación final tiene la actividad económica es mejorar la situación de la gente.
No sería bueno quedarse solo en la admiración eufórica de los éxitos, sino que hay que sacar lecciones de ellos y proyectarlos para adelante, hacerlos parte de la vida del país. Una de esas lecciones es que el Paraguay debe entrar decididamente en la etapa industrial, pasando de la producción primaria al siguiente escalón, que es la industrialización. Un proceso ya conocido en todo el mundo y que es el que han vivido los países industrializados y más exitosos de la historia.
La experiencia de este proceso industrializador que se vive con la maquila nos indica ese camino. El siguiente paso es tomar con decisión ese rumbo, con el dinamismo de los emprendedores y el acompañamiento siempre oportuno de las autoridades.