Po Alex Noguera

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De chico me impusieron hacer la primera comunión. Hasta ese entonces yo era un hereje feliz que vivía entre arroyos y montes, que en un momento quedaron relegados por las "obligaciones" impuestas por la sociedad, en otras palabras… una muy convincente zapatilla "me obligó" a ir a la escuela.

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Por entonces los niños jugábamos a ser Tarzán o a arrastrar una latita de sardinas sobre la arena imaginando de igual modo que era un Porsche último modelo o una peligrosa nave pirata.

Fue en una de esas plácidas brisas de tiempo de inocencia que un día me enseñaron que existía Dios. Fui absorbiendo los nuevos conocimientos de fe hasta que a otro niño -más hereje que yo- se le ocurrió en pleno catecismo hablar del diablo. Mi nueva condición de ex hereje cayó en la trampa y desde ese momento el maléfico adquirió la capacidad de reír, debido a que el niño en su impertinencia le preguntó al desprevenido sacerdote "¿cómo ríe Satanás?".

La cara del cura fue todo un acontecimiento. Sospecho que nunca se le había ocurrido que el mal pudiera reír, pero ese niño le movió el piso con su desatinada pregunta.

Creo que en estos últimos días al Diablo debe dolerle las costillas de tanto reír. Y no es para menos. Hoy es el gran día porque se inaugura la "Nueva Olla", un hecho histórico desde donde se lo mire.

Pero no vamos a hablar de la obra, sino de la reacción de la gente ya que desde hace meses los olimpistas gastan bromas a sus archirrivales con eso de que su coliseo nunca acababa. Pero el día llegó y es hoy.

Muchos franjeados prendieron velitas para que caiga una tormenta y la fiesta azulgrana se agüe. Las redes sociales son trincheras desde donde se tirotean ambos bandos: unos hacen alarde del nuevo estadio y los otros les recuerdan las copas que les faltan. Millones de mensajes llegan a los celulares con imágenes y frases creativas, mientras don Satán no puede parar de reír por tanto fanatismo sin sentido. Sí, creo que el Diablo se ríe. Se ríe de los hombres y de sus limitaciones, de su ignorancia y de su falta de comprensión.

Son los hombres los que hacen la historia, en este caso, en lo más alto del deporte figuran para siempre nombres como Osvaldo Domínguez y Luis Cubilla por una parte y aunque no les guste, ahora a su lado también aparecen el de Juan José Zapag y el arquitecto Alfredo Angulo, artífices de la monumental edificación.

Pero esta risa del maléfico no es nueva. Creo que la gente debería escuchar más y hablar menos para percibir las carcajadas que resuenan en todos lados. Ya que comenzamos con el deporte, ponemos como ejemplo que la gran mayoría de los niños están obligados por la sociedad a ser o de Cerro o de Olimpia. Como si los demás clubes no existieran, o como si eso fuera importante.

Algo similar sucede en política. O se es colorado o se es liberal. Los demás no cuentan. Y mientras el Diablo se ríe con ganas cada vez que la gente se manifiesta frente al Congreso, como si esa fuera la solución, como si los líderes que se exponen de forma mediática no tuvieran más que buenas intenciones para con quienes los siguen. Jajajaja, ríe el malo. Atrás quedan las familias, los niños desamparados y los falsos profetas, como un ilustre nigeriano.

Los ejemplos son miles, así como las carcajadas de diablillos a coro. Vemos a los impolutos dirigentes sindicales que solo dirigen y no trabajan, claro, si para eso están sus ciegos seguidores. Ja-Ja. Pero nadie se salva de la risa, ni abogados ni funcionarios, ni policías ni magistrados, ni médicos ni drogadictos, ni maestros ni militares. Todos son bufones del que se viste de rojo y tiene cola con punta.

Sin embargo, son los valores y la educación los que hacen callar al maldito del tridente. Los hombres que se plantan y resisten a los sobornos, a los detalles efímeros de la vida, a la egoísta vanidad, son los que realizan grandes hazañas.

Esta semana misma, por ejemplo, el presidente colombiano Juan Manuel Santos declaró que después de medio siglo de luchas, su país dio por terminado el conflicto con las FARC. En el desarme, los observadores internacionales recibieron más de 8.000 armas, se destruyeron más del millón de cartuchos, recolectaron más de 20 toneladas de explosivos y casi 6.000 granadas y minas antipersonales. Ahora inicia una nueva fase como partido político: Fuerza Alternativa Revolucionaria de Colombia y será lanzado el 1 de setiembre.

Hace tanto tiempo de mi primera comunión, que no recuerdo el nombre de ese niño hereje que con una inocente pregunta me enseñó a escuchar la risa del Diablo. Deberíamos darnos cuenta de que nuestros actos provoca el delirio del malvado, así que podríamos pensar antes de entrar en alguna trinchera para tirotear. Mejor sería parecernos a Juan Manuel, santos para alcanzar grandes objetivos.

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