Un interés en la ruta del negocio ilegal, lavado de dinero, contrabando que ni en sus 7 años de agente fiscal despertó en el precandidato oficialista, vicepresidente Hugo Velázquez, que comenzó arduas convocatorias siguiendo las denuncias verbales que realizó el ministro Arnaldo Giuzzio para defender su gestión ante los sangrientos acontecimientos que lo sacuden. Conozca sonadas investigaciones de dinero sucio, en las que no brilló mucho como sabueso del Ministerio Público.
La detención, el año pasado, de Kassem Mohamad Hijazi, ciudadano brasileño de origen libanés radicado en Ciudad del Este, el mismo día en que el gobierno de los Estados Unidos lo sancionara junto con Khalil Ahmad Hijazi (también de origen libanés) y Liz Paola Doldán (paraguaya), tras un informe como “parte de un esquema de corrupción en el Paraguay, que fomenta la proliferación del crimen organizado” en la Triple Frontera había vuelto a refrescar hace unos meses las opacas actuaciones como fiscal del hoy vicepresidente de la República y precandidato a la presidencia, Hugo Velázquez.
En estos días, Velázquez inició un fuerte operativo antilavado y anticontrabando, siguiendo las denuncias verbales que realizó el ministro Arnaldo Giuzzio, como estrategia de defensa por los cuestionamientos a su deficiente gestión. La intervención del Vicepresidente se da justamente 6 meses después de que haya sido salpicado en el caso por las “ayudas” que recibió el libanés por parte de la Fiscalía en tiempos en que Hugo Velázquez fue fiscal adjunto en el Alto Paraná.
Según la Cancillería, a Kassem Mohamad Hijazi se le atribuyen cargos de lavado de dinero. Sin embargo, la Justicia paraguaya lo blanqueó en el 2008, tras una serie de maniobras fiscales que caratularon la causa como evasión impositiva, no de lavado de dinero. La actuación de Hugo Velázquez fue muy cuestionada debido a selecciones de dictámenes periciales que terminaron favoreciendo al investigado.
El hoy vicepresidente quien se muestra preocupado por la ruta del dinero ilegal, también había sido fotografiado en un viaje en yate al Líbano con Walid Amine Sweid, investigado en su momento por evasión y lavado de dinero. En los últimos años trascendió en la prensa reunión con varios investigados por caso de megaevasión.
El protagonismo de Velázquez en casos que le tocó como fiscal, al igual que Giuzzio, generalmente terminaban en el olvido. Otra intervención de la que fue parte sin mucho brillo es la del megaasalto en el aeropuerto Silvio Pettirossi en la década de los ‘90, donde se robaron US$ 11 millones.