La Federación Latinoamericana de Fiscales, que tiene sede central en Buenos Aires, Argentina, manifestó ayer en un comunicado su “preocupación y repudio” por las amenazas dirigidas al fiscal Eugenio Ocampos, quien es el agente que formuló imputación en contra de Efraín Alegre, presidente del PLRA, por serios indicios de ser responsable directo de la clonación de facturas elevadas como rendición de cuentas al Tribunal Superior de Justicia Electoral (TSJE).
El comunicado, firmado por su presidenta, Trinidad Steinert, lamenta la situación, indicando que las denuncias de amenazas a la integridad del fiscal y de coacción para que se aparte del caso que envuelve a Alegre podrían tener “como finalidad ejercer una influencia” sobre el curso de la investigación. La federación se solidariza con el fiscal Ocampos y solicita a la fiscala general del Estado, Sandra Quiñónez, que “asegure su protección personal, la de sus familiares y colaboradores, como así también la libertad de actuación funcional del nombrado”.
“Creemos además que el esclarecimiento de los hechos denunciados por el magistrado fiscal deben considerarse una prioridad institucional”, subraya. Es más, sostiene que “creemos que el hecho trasciende de una simple amenaza y lo coloca en una situación de gravedad institucional”, debido a que se produce en el marco del “amparo de una agrupación político partidaria tendientes a presionar y descalificar el accionar del fiscal”. Advierte que hasta se podría utilizar esa estructura partidaria para “impulsar su destitución”.
En el pronunciamiento formal, los fiscales de América Latina dicen que no puede ignorarse este tipo de denuncias, porque se da en un con texto de hechos que “vulneran el ejercicio de la función” de los agentes del Ministerio Público. Hacen mención de “episodios violentos, de desorden, gritos en pasillos de audiencias y hasta de provocación a funcionarios policiales”, que apuntan a “desacreditar al fiscal y a su investigación”.
“Son este tipo de investigaciones –donde la responsabilidad puede recaer sobre personas influyentes, o grupos de poder, u organizaciones delictivas–, donde la Justicia
debe demostrar que nadie está por encima de la ley, y por ende demandan que los operadores y puntualmente los fiscales puedan desempeñarse con la suficiente tranquilidad de espíritu y libertad de actuación”, sostiene el organismo internacional.
ES UN ATENTADO
La Federación de Fiscales recuerda que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos sostiene que “un atentado contra un operador de justicia en razón del cumplimiento de su deber reviste una especial gravedad”. Alerta que esto tiene un “efecto intimidante y amedrentador”, que puede tener sobre otros operadores de justicia “el riesgo de que queden impunes casos relacionados con violaciones de derechos humanos y, en general, el menoscabo que causa en la confianza de los ciudadanos en las instituciones del Estado encargadas de administrar e impartir justicia”.
Recuerda, también, que la Corte Interamericana de Derechos Humanos ha sostenido que “el Estado debe garantizar que funcionarios judiciales, fiscales, investigadores, y demás operadores de justicia, cuenten con un sistema de seguridad y protección adecuados, tomando en cuenta las circunstancias de los casos a su cargo y el lugar donde se encuentran laborando, que les permita desempeñar sus funciones con la debida diligencia”.
SEPA MÁS
Por ahora, audiencia no se hace
La defensa legal del dirigente político Efraín Alegre presentó un recurso de nulidad del acta de imputación ante el Poder Judicial en el marco del caso de la factura adulterada en la compra de combustible. Mediante esa diligencia, ayer, el presidente del PLRA logró -por ahora- suspender la audiencia de imposición de medidas cautelares que debía realizarse hoy, viernes 19 de junio, a las 10:00, ante la jueza penal de Garantías, Cynthia Lovera.
De hecho, la jueza Lovera declaró un cuarto intermedio a raíz de una rectificación del agente fiscal Eugenio Ocampos. El abogado Guillermo Duarte Cacavelos, representante legal de Alegre, solicitó anular la imputación formulada en contra de su cliente. El defensor legal solicita que se redacte de vuelta el acta de imputación, porque argumenta que la última imputación hecha es “nueva” y no responde a una rectificación del primer documento presentado por el Ministerio Público.