Referentes del Poder Ejecutivo mantuvieron este fin de semana un llamativo silencio sobre los fuertes rumores de la renuncia del ministro de Educación, Eduardo Petta San Martín, y su inminente cambio que se produciría este lunes. Nadie del entorno del presidente Mario Abdo Benítez, ni siquiera vía comunicado, salió a confirmar o desmentir la versión de la destitución.
El sábado en horas de la tarde comenzaron a circular versiones, de fuentes que merecen credibilidad, de que el Presidente de la República estaba ya sondeando nombres para el reemplazo de Petta. Entre los nombres que sonaron fuerte estaba el de Hugo Rafael Cáceres Agüero, quien es director por Paraguay ante el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), en Washington, desde el 2005.
Ante los diferentes cuestionamientos que se dan contra el jefe de la cartera estatal, se esperaba desactivar cualquier incidente que pueda afectar el inicio de clases, que está previsto para el 21 de febrero, por lo que fuentes cercanas al Gabinete Civil insinuaban que el presidente de la República, Mario Abdo Benítez, estaba esperando que Petta presente su renuncia al cargo.
Desde la redacción de La Nación intentamos ayer comunicarnos con el ministro de Educación, Eduardo Petta; con el jefe de Gabinete, Juan Ernesto Villamayor, y con quien asumiría en su reemplazo, Hugo Cáceres, pero no obtuvimos ninguna respuesta oficial de ninguno.
Igualmente, la figura del secretario de Estado, que tiene como misión la transformación de la educación, está muy desgastada por diferentes cuestionamientos de varios sectores gremiales. Una de sus más grandes metidas de pata guarda relación con la impresión de libros educativos para el ciclo escolar básico con groseros errores ortográficos y de concordancia. Este hecho motivó el repudio de la ciudadanía, de docentes, sindicatos y estudiantes organizados de toda la República.
PRIMER ENFRENTAMIENTO
La crisis dentro de la cartera nació con el enfrentamiento de Petta con la ex viceministra de Educación Nancy Ovelar, luego de unas investigaciones hechas por la Dirección de Unidad Anticorrupción de la cartera educativa, encabezada por José Casañas Levi, en torno a José Carlos Gorostiaga, esposo de Ovelar. Según la denuncia, este fiscalizaba obras del Gobierno para la educación, desempeñándose además como un docente en un colegio público, efectuándose de esta forma una incompatibilidad en sus funciones.
Y el otro punto se centró en torno a las acusaciones de Petta, quien indicó que la ex viceministra divulgaba informaciones falsas contra su persona que señalaban que él realizaba contrataciones irregulares en el MEC, como fue el caso de la cocinera cercana a la esposa de Petta. Pero se puso un fin cuando el Presidente decidió mantener en el cargo a Petta y remover a la viceministra. Sin embargo, los cuestionamientos se agudizaron desde el propio equipo político del Presidente cuando el senador Silvio Ovelar y Blanca Ovelar criticaron la forma en que Petta lidera la gestión de uno de los ministerios más importantes del Poder Ejecutivo. Cuestionaban la falta de preparación y capacidad para encargarse de la transformación educativa.
Eso se sumó a que varios gremios de estudiantes y docentes anunciaron movilizaciones para exigir la salida del actual ministro. Entre los motivos figura el último escándalo internacional que afectó a la cartera educativa con los errores en libros para uso en aulas, pero que se quiso minimizar.
Finalmente, las declaraciones públicas en redes del ministro no fueron bien recibidas por el sector político, que lo calificó de soberbio y arrogante por no aceptar la culpa y responsabilidad en el caso.
SEPA MÁS
Cooperación de la UE estuvo en riesgo
El ministro Eduardo Petta puso en riesgo la cooperación internacional en la educación del Paraguay por parte de la Unión Europea y posiblemente de otros organismos multilaterales, luego de corresponsabilizar a una funcionaria de la UE de los errores que se dieron en los libros de matemáticas MaPara (Matemática Paraguay). A través de un comunicado, la Unión Europea lamentó que los fondos destinados al Programa de Apoyo a la Política Educativa hayan sido utilizados para la impresión de libros pedagógicos que no cumplen con los estándares de calidad. Posterior a este impasse, se llegó a un acuerdo diplomático entre el ministro Petta y el embajador de la Unión Europea, Paolo Berizzi. A partir de ahí decidieron que ya no harán declaraciones a la prensa sobre el tema.