La Paz, Bolivia. AFP
El gobierno de México informó ayer que concedió asilo político a Evo Morales, quien renunció a la presidencia de Bolivia el domingo, por considerar que “su vida y su integridad corren peligro”, anunció el canciller mexicano, Marcelo Ebrard.
“Hace unos minutos recibí la llamada del presidente Evo Morales. Solicitó formal y verbalmente asilo político en nuestro país”, dijo Ebrard en un breve mensaje a la prensa.
Por otra parte, la secretaría general de la OEA rechazó el lunes “cualquier salida inconstitucional” y reclamó al Poder Legislativo tomar cartas en el asunto de cara a la organización de nuevos comicios tras los realizados el 20 de octubre, impugnados por la oposición y por el organismo regional con sede en Washington.
La oposición denunció un fraude electoral tras la interrupción abrupta de la publicación de los resultados del escrutinio de conteo rápido en momentos en que comenzaban a anticipar una segunda vuelta, creando una situación de facto en Bolivia a partir de aquel momento.
En un comunicado, la oficina del secretario general de la OEA, Luis Almagro, pidió al Poder Legislativo de Bolivia reunirse “en forma urgente” para “asegurar el funcionamiento institucional y nombrar nuevas autoridades electorales que garanticen un nuevo proceso electoral”.
La salida de la crisis se encuentra en lo inmediato en manos del Senado de 36 curules. El oficialismo ocupa 25 bancas y la oposición once, por lo cual esta última necesita el respaldo de al menos ocho legisladores afines a Morales para llegar a sesionar con quórum y decidir por mayoría.
GARANTÍA
En tanto, la futura presidenta interina de Bolivia según el orden constitucional, la senadora Jeanine Añez, dijo ayer que se convocarán elecciones tras la dimisión de Evo Morales con el fin de que “el 22 de enero tengamos ya un presidente electo”.
“Vamos a llamar a elecciones con personalidades probas, que ellos sean los que lleven un proceso electoral que refleje lo que quieren y el sentimiento de todos los bolivianos”, dijo a la prensa en la entrada de la Asamblea Legislativa de La Paz la segunda vicepresidenta del Senado, a quien corresponde la presidencia interina tras la dimisión de todos los que la precedían en la línea de sucesión a Morales.
Ayer, una columna de centenares de partidarios de Evo avanzaba ayer hacia La Paz desde la vecina ciudad de El Alto. La marcha de enfurecidos seguidores de Morales partió en la tarde desde El Alto, bastión del líder izquierdista, observó un periodista de la AFP. Mientras tanto, en el centro de La Paz, los pocos comercios que estaban abiertos se apresuraron a cerrar sus puertas.
El gobierno de Uruguay expresa “consternación”
El gobierno uruguayo expresó en un comunicado su “consternación” por el “golpe de Estado” ocurrido en Bolivia “que forzó la salida del poder del presidente Evo Morales”. Para el canciller de Uruguay, Rodolfo Nin Novoa, denuncia un “quiebre del Estado de derecho” que “sumió al país en el caos y la violencia”.
“El gobierno de Uruguay hace un urgente llamado a todos los actores bolivianos para que cesen los actos de violencia y para que el proceso electoral se encauce de conformidad con las disposiciones de la Constitución y las leyes”, añade la nota.
Moscú denuncia acciones violentas
Rusia denunció ayer una ola de violencia orquestada por la oposición boliviana para forzar a Evo Morales a renunciar al cargo. “Una ola de violencia provocada por la oposición ha impedido a Evo Morales terminar su mandato presidencial”, indicó el ministerio ruso de Relaciones Exteriores, estimando que el gobierno boliviano “quería una solución basándose en el diálogo político, pero finalmente los acontecimientos recuerdan a un golpe de Estado”. El ministerio ruso pidió a todas las fuerzas políticas bolivianas que encuentren “una vía constitucional para salir de la crisis”. Rusia es aliado de varios gobiernos de izquierda de América Latina, comenzando por Cuba y Venezuela.
EL ESCENARIO INSTITUCIONAL
El Senado de Bolivia, donde Evo Morales posee mayoría plena, tiene en sus manos la misión de estructurar un gobierno provisional tras la renuncia del mandatario y de las demás autoridades que formaban la cadena de sucesión constitucional.
La Constitución boliviana establece que la sucesión recae inicialmente en el vicepresidente, luego en el titular del Senado y después en el titular de la Cámara de Diputados, pero todos ellos renunciaron con Morales.
El principal escollo para elegir al sucesor provisorio de Morales es que los opositores que presionaron por su renuncia no tienen los senadores necesarios para instalar una sesión en la Cámara Alta. Para elegir presidente provisorio, el Senado tiene que reunir primero quórum; es decir, de acuerdo a su reglamento interno, la mitad más uno de los 36 senadores, que son 19 legisladores.