El senador colorado Juan Carlos Gala­verna se tomó su ven­ganza cinco meses después contra su colega Paraguayo Cubas en plena sesión de la Cámara de Senadores, ayer, al agitar su botella de agua en el rostro de aquel. El 11 de abril pasado, este último había hecho lo mismo a “Calé” tam­bién en plena sesión, aunque en esta ocasión “Calé” actuó sin previo aviso y Cubas se sor­prendió por lo ocurrido.

El nuevo incidente, que pro­vocó esta vez el colorado, ocu­rrió cuando Cubas se trasla­daba hasta su banca después de dialogar con la senadora Lilian Samaniego. Cabe recordar que Payo había sido sancionado por primera vez ante similar actuación. Su segunda sanción se relacionó con la gresca que tuvo con Enrique Riera, la que cumplió y retornó este lunes.

Payo había “bañado” a Calé el 11 de abril de este año.

La sesión de la Cámara Alta se realizaba con toda “normali­dad”. “Calé” Galaverna se encontraba en su lugar habi­tual, con su café y cigarrillo, como de costumbre, a un lado del pleno. Esta vez agregó a su “menú” una botella de agua con un solo objetivo: tomarse su revancha. Cuando Cubas iba pasando tranquilamente por el sitio preferido de Gala­verna, este, como un cazador que aguarda para ir al acecho, aprovechó para agitar la bote­lla con dirección al cuerpo de su “objetivo”: Payo.

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El afectado, mientras tanto, se portó llamativamente como un “caballero” y solo se limitó a recibir el “baño” de Galaverna. Incluso, luego de esta situación, refirió que lo tiene “bien merecido” ante el pedido de los colegas de reti­rar al “agresor” de la sala de sesiones. Mientras tanto, el senador Galaverna pidió dis­culpas por lo ocurrido y se excusó diciendo que se trataba de una cuestión de dignidad.

¿SANCIÓN?

“Quiero pedir las disculpas correspondientes del caso por lo sucedido hace un rato. Dejo constancia de que si corres­ponde presentaré yo mismo el proyecto de sanción en mi contra, recordando que el senador, al que le devolví la atención hoy, no fue juzgado”, expresó el parlamentario ante el Senado. Asimismo, men­cionó que el tocar a un Gala­verna tendrá un precio. “Este es un acto de dignidad. A los Galaverna se los puede tocar, pero gratis no”, advirtió.

Sin embargo, Payo pidió “cle­mencia” para su colega y argu­mentó que el mismo tampoco fue sancionado por aquel epi­sodio meses atrás. “Yo pido clemencia para el honorable senador Galaverna. Él me dijo la paz; la paz sea con vosotros, le dije. Tiene razón, a mí no se me sancionó por aquel tema del agua, y él tiene razón atá­vica de no manejar nuestras emociones y buscar ven­ganza”, sentenció el senador, quien se reintegra al pleno luego de dos meses de sus­pensión, su segunda en el año.

Luego ironizó que tocarle a un Galaverna no es barato. “Yo creo que es el estertor de un gran político, lo que no signi­fica que es un gran político. A confesión de parte, relevo de pruebas, que para tocarle hay que pagarle, o sea que él no es gratis, él cobra. No creo que sea barato tocarle a los Gala­verna”, sostuvo Cubas.

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