- POR ROSSANA ESCOBAR M.
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En 7 meses, entre diciembre del 2018 y julio del 2019, el director de Yacyretá, Nicanor Duarte Frutos, pagó G. 482 millones por servicios audiovisuales a la productora La Aldea SA, donde es guionista su hijo Héctor Duarte Penayo.
Aparecen 7 órdenes de compra liberadas a favor de la firma, dos del 6 de diciembre del 2018, dos del 3 de abril del 2019, otras dos del 8 julio del 2019 y una con fecha 10 de julio del 2019, que fueron firmadas por el director de Yacyretá; es decir, por el papá del amigo guionista de la casa.
En La Aldea SA aparece como presidente Gianmarco Orlando Murayama (26), ex compañero de colegio, amigo con quien trabaja el hijo de Duarte Frutos. Como en la binacional no rige la Ley de Contrataciones Públicas, la adjudicación fue directa.
Gianmarco, presidente de la La Aldea SA, es amigo muy cercano de todos los hijos de Duarte Frutos; en redes se pasan haciéndose bromas.
La Aldea SA fue integrada con capital de G. 100 millones en el 2015. En la sociedad también figuran Gustavo González Benítez, Rubén Cabello Murayama y César Cabello Murayama, este último hasta el 2015.
La firma no tiene precedentes como proveedor de servicios del Estado, pero ahora es contratista de una binacional gracias al papá del guionista de la firma.
El hijo de Duarte Frutos está muy identificado con la productora, en redes hay fotografías del mismo junto al staff de la productora recibiendo premios.
SUBCONTRATADO
Según lo explicado por el joven proveedor Gianmarco, el hijo de Duarte Frutos es un subcontratado de su productora.
“Héctor es un gran profesional de la industria cinematográfica, conocido por casi toda la industria que es bastante pequeña. El premio del que hablas, me imagino que es uno de hace dos años, cuando nosotros le contratamos como director”.
“Tenemos trabajos esporádicos, asesorías de guion, comunicación, como cualquier otra empresa productora. Con Héctor no tengo relación laboral cercana, le conozco por ser una persona del rubro, estuvo en mi mismo colegio, trabajé con él para ciertos proyectos a empresas privadas, comerciales de televisión, en los cuales él me ayudó con la parte del guion, dirección”, explicó Gianmarco.
Consultado sobre la frecuencia de esa relación laboral con Héctor, el representante de La Aldea dijo: “Ha de ser una relación de cada dos meses, una vez al mes de repente, con los trabajos que van saliendo”.
El joven Gianmarco descartó que su empresa haya sido contratada gracias a su amistad con el hijo de Duarte Frutos. “Habíamos presentado nuestras ofertas de trabajo y por los años de experiencia y demás pudimos empezar con ciertos trabajos”. Sin embargo, nunca se adjudicaron una licitación pública o contratos con el Estado. Ante esta realidad, el joven comentó una experiencia relacionada al MOPC a través de una agencia: “Nos pidieron la grabación para toda la parte que era de la pavimentación de la Costanera”.
¿En la contratación directa no tiene nada que ver su amistad con los hijos del director?, le insistimos a Gianmarco y este refirió: “No, realmente no, los trabajos los realizo con el Departamento de Comunicación, no con la gente relacionada al director”.
HABÍAN DISFRAZADO DE EMPRESARIO A HUMILDE FLETERO
Hace tres meses aproximadamente había saltado que el actual director de Yacyretá contrató a una empresa para el servicio de “pago tercerizado de personal” que figura a nombre de un humilde fletero, llamado Derlis Isidro Segovia Olmedo, quien ni idea tenía de los alcances de la contraprestación.
Derlis había dicho a La Nación que no sabía de ningún contrato con Yacyretá y que no recibió un solo guaraní en ese concepto.
Al ser descubierto el caso, Duarte Frutos canceló el contrato con la firma a nombre del humilde fletero y la irregularidad cometida quedó en la nada.