Está activo un claro esquema de sostenimiento al contralor general de la República, Enrique García, a fin de evitar el juicio político en su contra por presunta producción de documentos no auténticos y mal desempeño de sus funciones.
Senadores oficialistas y de la oposición son los operadores directos del “salvataje”. Fuentes creíbles que contactaron con nuestro medio explicaron que existe un “pacto de impunidad” a cambio de que García ubique en puestos claves a ciertos recomendados y contrate a otros para diferentes áreas de la Contraloría.
Sobre el tema, el propio titular de la Cámara Alta, Silvio Ovelar, reconoció el miércoles que priman los intereses políticos en este caso. “Aquí hay un juego de intereses”, reveló.
Los pesos pesados del ambiente político, masónico y legislativo –oficialistas y opositores– que blindan al contralor necesitan mantener el esquema de sus leales a nivel interno de la Contraloría para protegerse la espalda debido a las diferentes actividades que ejecutan y para sostener su clientela política, muchos de ellos parientes cercanos, militantes partidarios, amigos de los amigos, entre otros, explicaron las fuentes.
Los “recomendados”, fruto del pacto de impunidad, están distribuidos en diferentes reparticiones claves de la Contraloría –explicaron– como la Dirección Jurídica, Dirección de Declaraciones Juradas, Dirección General de Contrataciones, Dirección de Control Gubernamental, en el gabinete del contralor, en la Dirección General de Control de Medio Ambiente y en la Dirección de Control de la Administración Central.
Además, en la Dirección General de Control de Organismos Descentralizados, Dirección General de Bienes Patrimoniales, Dirección General de Organismos Departamentales y Municipales, Dirección de Fonacide y Royalties y en la Dirección General de Rendición de Cuentas. Incluso en la Dirección de Talento Humano, Dirección General de Relaciones Internacionales, en atención al cliente, entre otras direcciones de la Contraloría General de la República.
BLINDAJE AL CONTRALOR
En los últimos días, en puertas de retomarse el juicio político al contralor, varios legisladores agudizaron las “triquiñuelas” para congelar el juicio político a García que está en suspenso desde el año pasado.
Los argumentos son variados, como la previa consulta a las bancadas, la renuncia previa del subcontralor, Camilo Benítez Aldana –a pesar que no tiene ningún pecado a cuestas–, la falta de votos en el pleno para retomar el trámite, entre otras excusas.
Asimismo, la Cámara de Diputados resolvió el pasado miércoles ampliar la acusación contra el contralor general de la República por enriquecimiento ilícito y lavado de dinero, con el fin de establecer el juicio político. La moción fue planteada por el diputado Hernán Rivas, en representación de la bancada de Honor Colorado.
Sin embargo, el presidente de la Cámara de Diputados, el oficialista Miguel Cuevas, estaría reteniendo la ampliación de la acusación por enriquecimiento ilícito planteada en contra del mismo.
LAS ACUSACIONES CONTRA ENRIQUE GARCÍA
Los senadores de Honor Colorado mantienen la postura del juicio político al Contralor, la propuesta es validada por sus pares de Patria Querida y un sector de la bancada liberal de la Cámara Alta.
García fue imputado por producción y uso de documentos no auténticos por el caso Ivesur, cuando era asesor jurídico de la Municipalidad de Asunción, pero no pudo ser sometido a proceso por su inmunidad. Razón por la cual la Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia suspendió la imputación y para iniciar el proceso penal, debe ser sometido a juicio político.
Asimismo, por enriquecimiento ilícito y lavado de dinero por un monto de 3.000 millones de guaraníes, asignación irregular de viáticos, concesión indebida de privilegios, contratación irregular de consultorías y tráfico de influencias.