Hasta hace tres años, Juan Ángel Napout era dueño absoluto del fútbol sudamericano y vicepresidente del rector máximo del fútbol mundial. En el 2015 acudió a Suiza para un evento de la FIFA y fue ahí que terminó su carrera como dirigente deportivo.

De tener todo a tener nada. Juan Ángel Napout ha experimentado un cambio total en un par de años. De ser el jefe máximo del fútbol sudamericano, a trabajar en la cocina de una cárcel estadounidense, ganando menos de 20 dólares por mes, y ahora sentenciado a 9 años de prisión, por diferentes hechos delictivos juzgados por la justicia norteamericana.

El inicio de la caída

Todo había comenzando en la madrugada del 3 de diciembre del 2015, cuando Napout fue arrestado por la policía de Suiza, en el hotel Baur Au Lac de Zúrich, donde se encontraba para un evento organizado por la FIFA. Aquel operativo fue llamado FIFAgate y a partir de ahí, comenzó al persecución a los distintos dirigentes deportivos de confederaciones, sobre quienes caía la sospecha de cometer delitos económicos a través del fútbol.

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El paraguayo fue detenido junto al mandamás de la Concacaf, Aldredo Hawit, en el marco de investigaciones sobre la corrupción en la FIFA, llevadas a cabo por la justicia de Estados Unidos. Los cargos que pesaban eran en principio, extorsión, lavado de dinero, fraude y otros.

Extradición a EE.UU.

Doce días después de la detención en Zúrich, Juan Ángel Napout, fue extraditado a Estados Unidos.

Dos policías norteamericanos le hicieron de custodia al paraguayo, que en principio no temía sobre su futuro y aceptó someterse a la justicia de USA.

Al llegar al continente norteamericano, Napout pagó una fianza de 20 millones de dólares para obtener prisión domiciliaria, que fue concedida por un tribunal federal de Brooklyn. El exmandamás de la APF y Conmebol, de 60 años, no tomó la misma postura de varios colegas exdirigentes que aceptaron culpabilidad. Juan Ángel rechazó todos los cargos de los que se acusaban, entre ellas lavado de dinero, soborno, coimas y asociación delictiva.

Luego de dos años de gozar de la prisión domiciliaria en una casa de Florida, a Napout lo declararon culpable el 22 de diciembre del 2017, con tres de los cinco cargos delictivos que tenía encima: conspiración, fraude electrónico y lavado de activos. Logró quedar absuelto de dos causas.

La jueza Pamela Chen, encargado del caso FIFAgate, ordenó inmediatamente la prisión del exmandamás del fútbol sudamericano. Napout fue recluido en el Centro de Detención Metropolitana de Brooklyn, uno de los barrios más populares de la ciudad de Nueva York.

Según la fiscalía que lleva el caso del paraguayo, “la única conclusión que uno puede sacar es que Napout, un hombre de una enorme riqueza, poder e influencia, actuó por pura codicia”, detalló en un escrito que se le presentó a la jueza Chen.

Buena conducta

Hace exactamente ocho meses, guardó prisión ahí, en una pieza con dimensiones de no más de cinco metros cuadrados y con lo necesario para sobrevivir. Napout se levanta todas las mañanas a las 7:30 para realizar la limpieza correspondiente de su celda y otras tareas que se le asignaban.

Venía trabajando en la cocina del reclusorio, donde realizó un buen desempeño, según el reporte último antes de la sentencia. Destacaron su pulcritud, puntualidad y solidaridad. Es más, revelaron que en el último mes, ganó 19, 32 dólares, por su buena labor dentro de la cárcel.

Finalmente este miércoles 29 de agosto salió la esperada sentencia y para muchos, fue menos de lo esperado. 9 años de cárcel, de los cuáles ya cumplió ocho meses, más una multa de un millón de dólares. Por su fuera poco, deberá pagar un resarcimiento de 3, 3 millones de dólares, por los hechos delictivos cometidos, según la justicia de Estados Unidos.

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