Wimbledon, Reino Unido. AFP.- Diez meses después de un parto complicado, la antigua N.1 del mundo Serena Williams se clasificó este jueves para su décima final de Wimbledon al pasar por encima de la alemana Julia Görges (13ª) en dos sets (6-2 y 6-4), y jugará por el título contra otra germana, Angelique Kerber (10ª), una de las pocas tenistas que puede presumir de haberla ganado los últimos años.

La estadounidense de 36 años buscará el sábado su octavo título en Londres, que sería el 24º Grand Slam de su carrera, lo que le permitiría igualar el récord absoluto de la australiana Margaret Court.

"Es una locura... Ni siquiera sé cómo sentirme porque literalmente nunca pensé que lo haría tan bien en mi cuarto torneo", declaró Serena, que en septiembre dio a luz a su hija Alexis Olympia, para después someterse a una cirugía de emergencia que evitó la formación de coágulos sanguíneos. Estuvo en cama seis semanas y regresó a la competición en marzo.

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Como en 2016

"Tuve un parto realmente difícil. Ni siquiera podía caminar hasta mi buzón de correo, así que definitivamente no es normal para mí estar en la final de Wimbledon. Estoy disfrutando cada momento", añadió.

Serena y Kerber se encontraron por última vez precisamente en la final de Wimbledon de hace dos años, con triunfo para la primera por 7-5 y 6-3. Pero ese año la alemana le arrebató la primera plaza mundial al ganar el US Open. Su curso mágico lo había iniciado con un triunfo en la final de Australia, también ante la pequeña de las Williams.

Sólo una jugadora más, la hispanovenezolana Garbiñe Muguruza en Roland-Garros 2016, logró derrotar a Serena en la final de un 'grande' desde 2012.

En nueve finales en Londres, la antigua reina de la WTA, que regresará al Top-20 en caso de victoria, sólo perdió dos veces, en 2004 ante Maria Sharapova y en 2008 ante su hermana mayor Venus.

Kerber doma a Ostapenko

Este jueves Serena, actual 181ª de la WTA, volvió a reinar en la central de Wimbledon. Ante Görges se apoyó en su espectacular servicio y estuvo muy sólida al resto.

La alemana, eliminada en Wimbledon en su primer partido en los últimos cinco años, logró romper el saque de la estadounidense, cuando servía para ganar, pero sus faltas directas y una buena defensa de Serena pusieron fin a su rebelión.

Antes, Kerber (10ª de la WTA) se clasificó para su cuarta final de Grand Slam al vencer a la letona Jelena Ostapenko, en dos sets (6-3 y 6-3).

Tras un año 2017 muy difícil, en el que Kerber tuvo problemas para digerir su posición de número 1 mundial, la alemana de 30 años ha recuperado este curso el nivel que le sirvió para desbancar a Serena hace dos años.

Precisa en sus aceleraciones en el fondo de la pista y muy dura en defensa, fue capaz de frenar la potencia de Ostapenko (12ª WTA), de 21 años y ganadora de Roland Garros en 2017.

Fiel a su costumbre, Ostapenko lideró los golpes ganadores (30 por 10 de Kerber) y los errores no forzados (36 contra 7).

Pero sus numerosos errores le impidieron que el sábado pueda luchar por el título en categoría absoluta, lo que ya logró en 2014 en juniors.

“Estoy muy orgullosa de estar en otra final de nuevo, después de un año en el que las cosas no salieron como quería”, de congratuló Kerber.

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