Por Laura R. Morel
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La historia de la Copa Libertadores de fútbol femenino contará siempre que, en su octava edición realizada en el año 2016, en su primera competencia internacional, un equipo paraguayo se consagró campeón de América.

Esa hazaña que tuvo como protagonista al Sportivo Limpeño es la que motiva, permite soñar y tiene por meta el Deportivo Capiatá, que con solo cuatro años de vida institucional en la rama femenina, disputará su primera Libertadores.

"¡Primera participación de Limpio y trajeron la Copa! Para mí fue algo increíble. Ese grupo era único. Y hoy que me toca estar en Capiatá es la misma sensación. El grupo está motivado, estamos trabajando súper duro y ya solo esperamos que nos salgan bien las cosas", expresa Karina Vega, la goleadora de las Escoberas, a quien un accidente le privó de disputar la Libertadores el año pasado, pero el club igual le hizo el reconocimiento por haber sido parte del plantel limpeño.

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"No pude esta, pero me hicieron llegar la medalla. Tuve un accidente automovilístico un mes antes y no pude viajar, pero lo sentí como un campeonato realmente, porque conocía el grupo, estuve con ellas toda la temporada", recuerda, para de inmediato recalcar que "este año se me da la revancha con Capiatá."

Kari no puede olvidar que "fue muy triste" enterarse que, tras perder la final de la primera edición de la Libertadores (2009, jugando por UAA), no iría a la del año pasado, situación que hace apenas unas semanas padeció una compañera de equipo. Por ello, es la primera en estar a su lado para "apoyarle, animarle, para que se recupere lo más rápido posible. Le digo constantemente que pronto va a tener su revancha."

Para el entrenador Ariel Rivaldi, que aunque ya disputó varias Libertadores en Futsal se estrena en un torneo internacional de fútbol de campo femenino, Limpeño los motiva no solo por su hazaña sino porque recientemente lo enfrentaron en su cancha y salieron victoriosos. De hecho, en todo el Clausura (11 fechas), Capiatá no perdió un solo partido (su único empate fue ante Cerro).

"El mejor parámetro que tuvimos (para ilusionarse con la Copa) es bueno. Jugamos en su cancha, le ganamos. Entonces, evidentemente pensamos que también somos capaces de hacer un buen campeonato. No por el resultado, ya que sabemos que podés perder, empatar o ganar. Pero fue muy gratificante y meritorio ir a la cancha del campeón de América y ganarle", explica el DT.

Y esa confianza que les dio aquella victoria se refleja en la manera de hablar de Paola Genes, la defensora que tras once años defendiendo la casaca de Cerro Porteño, llegó esta temporada a Capiatá, donde quedó "encantada por el trato" recibido. "Se nos trata como profesionales", comenta con orgullo, para luego indicar que están "muy ilusionadas y confiadas en el plantel que tenemos."

"Yo llegué este año y me encontré con un plantel maravilloso, con jugadoras increíbles. Por el trabajo que hicimos con los profes, muy fuerte, duro y en serio, con todas muy comprometidas, creo que tenemos grandes posibilidades", de seguir los pasos de Limpeño, indica quien asegura haber madurado bastante con las dos Libertadores que jugó defendiendo a Cerro.

"El otro día le comentaba al profe que, al jugar, me doy cuenta de la experiencia que ya gané y que con los partidos voy notando cuánto vale el peso de esa experiencia", indica Paola, que también aprovecha esa ventaja que tiene ante sus compañeras más jóvenes para "guiarlas" o "aconsejarlas". "No sé si como referente del equipo, pero estamos ahí", considera con mucha humildad.

Dicen que el Deportivo Capiatá es una escuela a imitar. Para aplaudir el apoyo del club al equipo femenino. Foto: Fernando Riveros.

Un club, una escuela

Es que este equipo, que prácticamente arrasó con la primera fase del torneo Clausura, trabaja no solo en lo futbolístico sino que en todos los aspectos. Desde las jugadoras experimentadas, que asumen el rol de guías y referentes -aunque no lo tomen así-, hasta la dirigencia que las trata como profesionales -privilegio de pocos en el fútbol femenino nacional-, pasando por un cuerpo técnico que apostó a un cambio clave.

"Yo vine a Capiatá porque me ofrecieron más beneficios. Soy profesional, tengo 28 años y me debo a esto, que es para lo que trabajo. Me sorprende la forma en que se manejan, es increíble el apoyo que dan al femenino, y se están viendo los resultados. Capiatá está primero en el torneo y queremos continuar así", expresa Karina Vega, quien juega desde los 13.

Tras coincidir con su compañera y recordar que hay tantos clubes que no solo sobreviven en la miseria sino que tienen que desintegrarse, Paola Genes simplemente desea que "con el tiempo, podamos ver que más equipos imiten el modo de actuar de Capiatá."

"Nos sentimos más que cómodos y, viendo cómo se manejan los otros clubes, yo creo que el Deportivo Capiatá es una gran escuela en cuanto a la parte administrativa, a la estructura en sí. Nos tratan de igual manera que a los jugadores de Primera. Es muy envidiable y también imitable, porque lo bueno siempre hay que imitar y Capiatá, así como Limpeño, Cerro Porteño y UAA, está un paso adelante", sostiene el DT, para luego referirse al motivo por el que su equipo es hasta aquí imbatible.

"Lo que con el cuerpo técnico cambiamos fue la mentalidad de las chicas, porque en el fútbol ya no hay nada por inventar. Simplemente fue un cambio de mentalidad, de concepto. Tratamos de poner un poco más de disciplina. Pero los nombres casi no cambiaron, llegaron dos a tres jugadoras, y a partir de ahí la predisposición del plantel ayudó muchísimo a que hoy podamos tener estos resultados", explica Rivaldi.

Igual, el entrenador se apresura en recordar que "como les digo a ellas, no conseguimos aún algo importante. Sí, tener una identidad de juego y otras cosas que a la larga van a dar frutos. Puede ser en este torneo, en el siguiente o con otro cuerpo técnico, pero este va a dejar una escuela que ellos van a saber administrar."

Mientras tanto, esa escuela llega a su primera Copa Libertadores sin presiones, pues a decir de Karina Vega "hay varios equipos que tienen más presión que nosotras. Incluso el primero que nos toca (Estudiantes de Venezuela), que el año pasado fue vicecampeón."

"Limpeño, como equipo campeón, tiene más presión", resalta, admitiendo que "para nosotras, es nuestra primera participación. Estamos ansiosas, sí, pero no creo que eso nos juegue en contra". "Vamos a tratar de estar tranquilas, de hacer lo que sabemos y pelear por el objetivo que tenemos en mente, que es llegar a la final y, si es posible, hacer que la Copa se quede otra vez en Paraguay", agrega.

El llamado a una ciudad

Y para salir a ganar la Libertadores, así como las limpeñas y las cerristas, las capiateñas también necesitan del apoyo de la hinchada. "A nuestra querida ciudad de Capiatá les pedimos que nos apoyen, que queremos llegar lejos y dejar el nombre de Capiatá bien alto. Estamos trabajando para eso", se anima a decir Paola Genes.

Ya Karina Vega, busca convocar al público comentándoles que en la Copa Libertadores disfrutarán de un "buen fútbol", porque "las chicas tienen cada vez mayor dominio, técnica, táctica, todo". "Van a disfrutar del espectáculo", asegura.

En la rama masculina, con solo un año en Primera División, el Deportivo Capiatá acaparó todas las portadas de medios internacionales al llegar a los octavos de final de la Copa Sudamericana y vencer a Boca Juniors en la mismísima Bombonera. Era su primer torneo de nivel internacional.

En la rama femenina, el representante de la ciudad de los mitos y leyendas ya cumplió con el primer paso: clasificar a la Libertadores. Ahora, va decidido a levantar la Copa. "Nadie nos quita el sueño, que es lo único gratis que tenemos. Así es que, los sueños están para ser realizados, los objetivos para ser alcanzados y a esa meta estamos apuntando", avisa el entrenador Ariel Rivaldi.

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