Por Laura R. Morel
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Desde su aparición en el año 2004, Cerro Porteño se convirtió en uno de los grandes protagonistas de los torneos de fútbol femenino. De las 13 temporadas que lleva compitiendo, solo en el 2005 no se quedó con el título de campeón o subcampeón absoluto. En los demás años supo cosechar cuatro campeonatos y ocho subcampeonatos absolutos, acumulando 16 títulos incluidos los torneos cortos.
Entre 2012 y 2014 conquistó el tricampeonato nacional (en 2013 ganó el Apertura y Clausura), de la mano de una dupla técnica que, tras dos años al servicio de la selección, volvió, trayendo con sigo una "vieja costumbre": sacar a Cerro campeón (Apertura 2017).
Con un plantel joven, al que vieron crecer desde la Sub 18 y en el que supieron implantar una misma filosofía de juego, Nelson Basualdo y Mirtha Alemán van por la conquista de una Copa soñada no solo por el equipo femenino sino que por toda la nación azulgrana: La Libertadores.
"Hace bastante tiempo que estamos en Cerro, conocemos al plantel, conocemos lo que es el club, sabemos que tenemos un gran desafío en puerta y nuestros objetivos son muy elevados. Estamos preparados", asegura el entrenador, que en 2014 colocó a Cerro en el podio de la Libertadores, con un tercer puesto.
Para Basualdo es un plus, que incluso le permite soñar con el título, el hecho de haber visto crecer a sus jugadoras, que componen uno de los planteles más jóvenes de la Copa, pero al mismo tiempo de sobrada experiencia: "Conocemos a cada una y sabemos de la calidad que tienen, de modo que estamos muy ilusionados con lo que puedan hacer. Creemos que podemos llegar a la final."
"Ya va a depender mucho del trabajo y de la motivación que les demos, pero tenemos mucha esperanza en que podamos hacer una excelente campaña", agrega, para luego destacar que "este es un equipo que juega muy bien al fútbol, tiene un estilo ya determinado", opinión que reitera su asistente Alemán, que mientras dirige al equipo Sub 18 en un amistoso ante las coperas gira para preguntar: "¿Te gusta como juega la juvenil? Juega igual que la Primera, porque acá todos tienen que jugar de la misma forma, con la pelota al piso."
Es que "la premisa", tal y como explica Basualdo es "ganar todo, y eso implica mucha responsabilidad de parte de ellas", que "saben lo que quieren dentro de la cancha y son protagonistas en todos los partidos". Por ello no sorprende el clima de absoluta confianza que se vive en los entrenamientos. Disfrutan de la práctica, se divierten jugando. Pero así también cumplen a cabalidad cada indicación de la dupla técnica.
Dupla a la que, viéndolos al borde de la cancha, demuestran que nacieron para trabajar juntos. De hecho, el haber sido dirigida por Basualdo en la última etapa de su carrera, hace que Alemán sepa perfectamente lo que el entrenador quiere, con solo mirarlo. "Yo hago el trabajo de la mala acá", dice sonriendo, pues el DT es de hablar más tranquilo.
Ella podría levantar “La Copa”
Y tranquila también es la capitana Ana Fleitas, que ya lleva once años en el club, cuya casaca defenderá por cuarta ocasión en la Libertadores. Aunque esta vez en una "más que especial", porque "jugar en casa y con tu gente no tiene explicación". "Es lo mejor que te puede pasar", admite.
De las tres participaciones anteriores, la mediocampista recuerda la del 2014, que asegura le dejó muchas enseñanzas: "Cuando salimos terceros cometimos errores, y acá lo fundamental es no cometer errores para llegar al objetivo". "Ahora estamos muy bien, creo que mejor que nunca. Esta va a ser la mejor Copa que juguemos", agrega con una seguridad incuestionable.
Como todos coinciden, "para llegar a la final o salir campeón, tenés que ganarle a todos", por ello ninguna se anima a hablar de un rival difícil dentro del grupo. "Cada partido es diferente y cada equipo te puede complicar", resalta Ana, quien es consciente que en sus manos podría levantar, el próximo 21 de octubre, una Copa con la que sueña todo cerrista.
"Eso no va a tener comparación. Va a ser lo mejor que podría pasarnos. Esperemos realmente demostrar lo que venimos haciendo, todo lo que venimos trabajando. Que se vea el fruto", comenta, pidiendo finalmente que ese "fanatismo" y "apoyo de la gente" que acostumbran a ver "se note acá en casa". "Queremos que vayan a la cancha y nos alienten en cada partido", pide la capitana.
Talentosa juventud
Decíamos más arriba que Cerro Porteño tiene uno de los planteles más jóvenes de la Copa y, entre sus jugadoras, destacan dos que tienen apenas 16 y 17 años. Ellas Son Dahiana Bogarín y Limpia Fretes.
La primera, es nada menos que la hermana del futbolista de Guaraní, Rodrigo Bogarín, con quien dice aprendió a jugar "mirándole". Orgullosa y sonriendo, comenta que tiene las mismas características de juego que el hermano. De hecho, también ocupa el mismo puesto de la cancha, además de seguir al pie de la letra consejos como que "nunca hay que bajar la guardia" o "que hay que seguir peleando y dar lo mejor".
Sin embargo, a diferencia de Rodrigo, Dahiana ya jugó una Libertadores cuando apenas tenía 15 años. Soñaba con volver a este torneo, pero jamás imaginó que podría hacerlo en su país. "Cuando se anunció que la Copa se haría en Paraguay, ya estábamos mentalizadas en jugarla. Va a ser un poco complicado, pero vamos a dar todo para dejar acá la Copa", afirma.
Para Dahiana, que Limpeño haya roto el maleficio de equipos paraguayos sin ganar la Libertadores, les da "mucha confianza para jugar a ganar, y nos demuestra que nunca hay que perder la fe", lo mismo que sostiene Limpia Fretes, quien llegó al club en el 2015, pero no pudo disputar la Libertadores de aquel año debido a una lesión.
"Me lesioné prácticamente un mes antes de la Copa que se jugó en Colombia. Me bajoneé bastante, pero dije que me iba a recuperar, que iba a volver y que tendría mi oportunidad. Lo lindo del fútbol es que te da revancha y ahora voy a jugar mi primera Copa con Cerro, que es muy importante para mí", afirma la defensora que tampoco imaginó que esa revancha la tendría en su país.
Por eso tiene "un plus especial, ya que es mi país, donde está mi gente, donde está mi hinchada". "Es algo único, algo que de verdad no pensé que iba a pasar", admite, descartando que al mismo tiempo jugar de local represente una presión extra. "Presión hay en todos lados, ya sea en tu país o en otro", indica, para luego afirmar que más que sentir presión porque Limpeño ya ganó la Copa, "lo que nosotras deberíamos hacer es también dejar la Copa en casa."
Una campeona en el plantel
En la historia de la Libertadores femenina, Cerro Porteño ya tiene experiencia con tres participaciones, pero también tiene en su plantel a una jugadora que sabe lo que es levantar esta Copa. Se trata de la mediocampista Marta Agüero, que el año pasado reforzó Limpeño y cumplió con una gran actuación y el gol que aseguró el pase a la final.
Es de las más divertida del plantel y, según ella misma sostiene ante las bromas que le gastan sus compañeras por su timidez, "la que mejor sabe hablar acá". Pero apenas inicia la entrevista, adopta una posición más seria para confesar que está "orgullosa de haber vuelto a Cerro" y avisar, con total seguridad que "si Dios quiere, será mi segundo título."
"Si Dios quiere", recalca cuando se le pregunta si es tanta la certeza que tiene de que será campeona nuevamente, para luego acotar que "depende de nosotras jugar una final, darle a Cerro Porteño la Copa, conseguir el título… Es lo que estamos buscando."
Al recordársele la final del 2016, comenta que sus compañeras siempre le "tientan" y "dicen: una foto con la campeona de América, o me preguntan qué se siente". "Se siente…", continúa, y señala uno de sus brazos para acotar que "hasta ahora me da piel de gallina, porque hasta ahora me cuesta creer". "Jamás pensé ganar una Libertadores y tener la Copa en la mano", agrega, mientras, gesticulando con las manos, rememora ese momento con el que sueñan todos los futbolistas.
Esa escena la quiere repetir Marta y la quieren vivir por primera vez sus compañeras. Para llegar al decisivo duelo, Cerro Porteño necesita ganar todos los partidos y, en busca de ese objetivo, es que apela al aliento de su fiel y popular hinchada.
Cuando el entrenador Nelson Basualdo hace la invitación, habla de un fútbol femenino que "la gente desconoce" y que "progresó bastante". "Tenemos que darles nuestro apoyo para que ellas puedan también motivarse, y así darle la oportunidad al fútbol femenino paraguayo de ganar otra Copa Libertadores".
Cuando es Limpia Fretes la que tiene que hacer el llamado, no duda en avisar a los hinchas que no solo "van a ver partidos muy buenos", sino que "igual o mucho mejor que los de los varones". Ante la reacción por tan tamaña respuesta, insiste: "Así de segura estoy, porque las mujeres dejamos el alma en la cancha."
"Tal vez los varones dejan garra y huevo, pero nosotras ponemos más que eso, damos la vida, y cada pelota la jugamos como la última. Se van a llevar un lindo espectáculo, porque van a ver chicas que juegan, que aman el fútbol, algo que no solo los varones pueden hacerlo", sentencia.
Así de seguro, como las palabras de algunos de sus protagonistas, es este Cerro Porteño. Un equipo joven, pero con la experiencia y madurez de aquellos que no solo saben lo que quieren sino que no descansan hasta conseguirlo, respetando siempre una filosofía de juego, un exitoso estilo de vida.