El piloto paraguayo Roberto Recalde, que este año volvió a correr el Dakar y estuvo a muy poco de terminar el rally raid más duro del mundo, no conoce de límites ni parece temerle a absolutamente nada.

El popular Beto quiere ser protagonista de un hecho histórico, una hazaña bastante riesgosa que la llevará a cabo entre los días 3 y 8 de agosto próximo, en el mágico Salar de Uyuni, en la vecina Bolivia.

Se trata de marcar un nuevo récord mundial de velocidad en motocicletas, a bordo de la moto más veloz de mundo, la Ack Attack, una motocicleta streamliner récord de velocidad en tierra cuyo máxima velocidad alcanzada hasta hoy es de 605,697 kilómetros por hora (376,363 mph).

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El objetivo del piloto paraguayo es superar la barrera de los 640 km/h para establecer "un récord que hace más de seis años que no se rompe", dijo el propio Recalde en conferencia de prensa, en donde no ocultó su "gran felicidad por que me hayan seleccionado como piloto paraguayo para participar".

"Son siete días de prueba en los que se intentará batir el récord y todo depende de ciertas condiciones como el clima, el terreno y el viento, para que se puedan superar los 640 kilómetros por hora. Nuestro trabajo es impulsar esta motocicleta, a través de un sistema de arneses, y eso dará visibilidad a la participación paraguaya", detalló Recalde.

Bruno Fiore, gerente general de la marca de lubricantes que patrocina el insólito desafío, comentó que esta vez eligieron el Salar de Uyuni como escenario "por tener un trazado mucho más largo (25,75 km) que el tradicionalmente usado en estas pruebas, que es el Salar de Bonneville, de 11,7 kilómetros".

"La mayor longitud de Uyuni hace que la prueba sea más segura, pues cuando los propulsores entran en acción el giro de la rueda se torna delicado, por lo que una aceleración gradual es clave para evitar contratiempos", destacó.

La motocicleta Ack Attack es propulsada por dos motores altamente modificados Suzuki Hyabusa y un turbocompresor. Iniciamente toma velocidad gracias a un vehículo que la empuja, para luego desprenderse y comenzar al volar, literalmente.

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