SAPNA MAHESHWARI Y JESSICA SILVER GREENBERG

Durante décadas, Leslie H. Wexner ayudó a darles forma a los centros comerciales modernos con sus marcas, las cuales poblaban el espacio entre las tiendas departamentales (Victoria’s Secret, Abercrombie & Fitch, Express, Bath & Body Works y más).

Sin embargo, a medida que cambiaban los estándares de belleza en la industria de la moda y el internet engendraba nuevos competidores para las cadenas de tiendas ubicadas en centros comerciales, Wexner, el presidente y director ejecutivo del imperio minorista L Brands, tuvo dificultades para mantener el paso.

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Wexner, al mando de una empresa cuya clientela es del sexo femenino, pero que es dirigida principalmente por hombres, perdió de vista lo que querían las mujeres.

VENTA

El 20 de febrero, Wexner señaló que iba dejar la dirección de L Brands e iba a vender una participación controlante en Victoria’s Secret, la joya de su corona.

La partida de Wexner pone fin a una era en la industria minorista y cierra un año de tribulaciones en el cual sus vínculos estrechos con Jeffrey Epstein, el financiero caído en desgracia, y las revelaciones de la arraigada cultura de misoginia en Victoria’s Secret captaron los reflectores.

El 20 de febrero, L Brands anunció que iba a vender un 55 por ciento de Victoria’s Secret a Sycamore Partners, una firma de capital privado que ha estado a la caza de empresas minoristas en problemas.

Wexner, el director ejecutivo del S&P 500 con más tiempo en su cargo, se convertirá en presidente emérito de L Brands cuando se complete la compra por 525 millones de dólares, y ayudará a supervisar tan solo una de las marcas de la que fue una enorme cuadrilla: Bath & Body Works. Es una salida en silencio para un multimillonario de 82 años que alguna vez fue llamado el “Merlín de los centros comerciales”.

BUEN OJO

Con su buen ojo para la evolución en los gustos de los consumidores estadounidenses, Wexner expandió L Brands hasta convertirla en un titán que comenzó como una sola tienda de ropa, Limited, que Wexner abrió en Columbus, Ohio, en 1963.

El magnate ayudó a transformar esa ciudad en una capital minorista y ejerció una enorme influencia en el estado, debido a sus grandes donativos a organizaciones artísticas, hospitales, universidades y políticos.

Wexner realizó su adquisición más importante en 1982, cuando compró Victoria’s Secret, una empresa que ha ayudado a definir la sensualidad femenina para millones de hombres y mujeres. Para las modelos, convertirse en uno de los “ángeles” de la marca era prácticamente una garantía de fama internacional.

“No cabe duda de que, en términos profesionales, Wexner ha sido fundamental para la creación de la industria minorista como la conocemos hoy en día”, comentó Simeon Siegel, director gerente de BMO Capital Markets encargado del sector minorista y el comercio electrónico. “Es indiscutible la gran cantidad de empresas que le deben su existencia a la experiencia y la capacidad de Wexner para saber qué querían los consumidores, o incluso para decirles a los consumidores qué querían”.

ESTRATEGIA ANTICUADA

Sin embargo, en años recientes, la estrategia que ayudó a cimentar el éxito de Wexner empezó a quedarse anticuada. Bajo su liderazgo, Victoria’s Secret no logró seguir el paso a los ideales de belleza en constante evolución y se rehusó a dar la bienvenida a una amplia gama de tipos de cuerpo e identidades de género. En los últimos años, las ventas han caído y la empresa se ha visto obligada a cerrar tiendas.

Los inversionistas y los analistas también han criticado a Victoria’s Secret por tener pocas mujeres en puestos de alta gerencia. Algunas ejecutivas que presionaron para cambiar la postura de la marca dejaron la empresa o fueron obligadas a renunciar, de acuerdo con entrevistas con decenas de empleados actuales y antiguos.

El año pasado, Victoria’s Secret canceló su famoso desfile anual, después de haberlo presentado durante casi dos décadas en televisión abierta, y redujo un quince por ciento el personal de sus oficinas centrales.

TRÁFOCO SEXUAL

Luego, el verano pasado, Epstein fue acusado de tráfico sexual. Los cargos pusieron bajo la lupa la larga relación entre Wexner y Epstein, quien murió en una celda de Manhattan en agosto. Wexner ha buscado distanciarse del financiero, argumentando que no tenía conocimiento de los crímenes de Epstein.

La cercanía de los dos hombres era inusual. Wexner contrató a Epstein como asesor personal durante años, y le otorgó amplias facultades respecto a sus finanzas, sus causas filantrópicas y su vida privada. Epstein obtuvo una mansión en Manhattan, una propiedad de lujo en Ohio y un avión privado –posesiones valuadas en unos cien millones de dólares en la actualidad– que antes fueran parte del patrimonio de Wexner o de sus empresas.

Tres ejecutivos de L Brands señalaron que, a mediados de los años noventa, a Wexner le advirtieron que Epstein se estaba haciendo pasar por un reclutador de mujeres jóvenes para Victoria’s Secret, pero al parecer no hizo nada al respecto.

Después del arresto de Epstein, L Brands anunció que su consejo de administración había contratado al despacho jurídico Davis Polk & Wardwell para que investigara el asunto. El 20 de febrero, una vocera de L Brands, Tammy Roberts Myers, se rehusó a responder preguntas relacionadas con la investigación.

NINGÚN INVOLUCRAMIENTO DIRECTO

Por medio del consejo de L Brands, Wexner podría seguir influyendo en la exitosa cadena Bath & Body Works, pero no tendrá ningún involucramiento directo con Victoria’s Secret.

El consejo de L Brands, el cual ha recibido críticas por ser demasiado cercano a Wexner, también remplazará a tres consejeros de mucho tiempo, con lo cual reducirá aún más la influencia del magnate.

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