NEAL E. BOUDETTE

Después de que este año desocupó su planta automotriz en Lordstown, Ohio, General Motors prometió que iba a volver a crear empleos en la otrora poderosa región manufacturera.

El 5 de diciembre, sus planes empezaron a tomar forma: la empresa construirá una fábrica de producción de baterías para vehículos eléctricos junto con un socio surcoreano, LG Chem.

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Las empresas señalaron que planeaban invertir un total de 2.300 millones de dólares en una empresa conjunta que producirá celdas para baterías. GM y LG Chem tendrán el mismo porcentaje de participación en el negocio.

Algunos ejecutivos mencionaron que la empresa construirá una planta en el área de Lordstown, lo que creará más de 1.100 empleos. Se espera que la obra se inicie a mediados del próximo año.

“Creemos que hacer esto de una forma conjunta acelerará nuestra capacidad para triunfar en el espacio de los vehículos eléctricos”, señaló la directora ejecutiva de GM, Mary T. Barra, en una conferencia de prensa. “Estoy absolutamente segura de que este es un momento crucial, pues LG Chem y GM están trabajando juntas para ofrecer precios accesibles”.

DESAFÍOS

El costo de las baterías es uno de los mayores desafíos para atraer a los consumidores tradicionales a los vehículos eléctricos. Tesla, el líder en ventas de autos eléctricos, produce sus propias baterías mediante una empresa conjunta con Panasonic en una fábrica gigantesca en Nevada.

Sin embargo, a pesar de las economías de escala de esa planta, la mayoría de los autos de Tesla se venden por montos que superan por 10.000 dólares o más el precio promedio de un auto nuevo, más o menos 35.000 dólares. Además, Tesla todavía tiene que demostrar que puede generar dinero de forma continua.

“No queda muy claro que vaya a haber mucha demanda de vehículos eléctricos, por lo menos en Norteamérica”, comentó Sam Abuelsamid, un analista de Navigant Research. “Probablemente habrá más demanda en Europa y en China, pero, si logran reducir los costos hasta lograr una paridad con los vehículos de combustión interna, entonces podría haber potencial”.

LG Chem es uno de los principales proveedores de baterías de iones de litio para la industria automotriz y otros sectores (entre sus clientes se encuentra Volvo). Un documento financiero presentado en Corea del Sur indicó que su inversión en la empresa conjunta se realizará durante más de cuatro años.

PROYECCIÓN

GM quiere ingresar con fuerza en el mercado de los vehículos eléctricos desarrollando veinte modelos impulsados por baterías para el 2023. La empresa busca vender un millón de vehículos eléctricos a nivel mundial para el 2026. Barra mencionó que GM espera lanzar un nuevo auto eléctrico Chevrolet el próximo año y una camioneta eléctrica en el 2021.

Su modelo actual, el Bolt de Chevrolet, es un auto compacto que ha generado un interés moderado entre los compradores de autos. GM vende alrededor de 1.500 autos Bolt al mes en Estados Unidos, en comparación con los 30.000 vehículos que Tesla suele vender al mes en todo el mundo.

Otras automotrices tradicionales también están buscando expandir su oferta de vehículos eléctricos. En noviembre, Ford Motor presentó un vehículo utilitario deportivo eléctrico con un estilo similar al de su auto deportivo Mustang. El vehículo, llamado Mustang Mach E, será ensamblado en una planta en México y las baterías provendrán de una fábrica en Polonia. Ford planea lanzar más de una decena de modelos eléctricos durante los próximos cinco años, entre ellos una versión impulsada por baterías de su popular camioneta pickup F-150.

Barra mencionó que GM busca ofrecer vehículos eléctricos para ayudar a combatir el cambio climático. “GM cree en la ciencia del calentamiento global”, comentó.

En repetidas ocasiones, GM había anunciado su intención de buscar un socio para montar una planta que fabricara baterías y pudiera volver a crear empleos en el área de Lordstown, donde suspendió su producción en marzo.

CIERRE DE PLANTA TRAUMÁTICO

El cierre de la planta de Lordstown, cuyo último modelo producido fue el Cruze de Chevrolet, fue traumático para el valle de Mahoning en Ohio, entre Cleveland y Pittsburgh. El presidente Trump, quien prometió aumentar los trabajos en las fábricas y ha exigido a las automotoras que trasladen su producción de México a Estados Unidos, ha lanzado una gran cantidad de críticas a GM por haber cerrado la planta.

El 5 de diciembre, Barra señaló que GM le había informado a la Casa Blanca sobre sus planes para abrir la planta de baterías.

Peter Navarro, director de la Oficina de Políticas de Comercio y Manufactura de Trump, mencionó que el anuncio de GM iba a ayudar a crear un ecosistema de fabricación de vehículos eléctricos en la región.

“Esperamos que no solo le vaya muy bien a esa planta, sino que crezca a lo largo del tiempo hasta convertirse en un útil eje alrededor del cual prosperen los empleos en Lordstown”, comentó Navarro.

Aunque muchos trabajadores de Lordstown aceptaron empleos en otras plantas de GM, el destino de la fábrica estuvo sujeto a unos diálogos contractuales amargos con el sindicato Trabajadores Unidos del Sector Automotriz (UAW, por su sigla en inglés). El estancamiento en el tema contractual dio como resultado un paro de 40 días a nivel nacional en otoño, el más largo en contra de GM en casi medio siglo.

El acuerdo con el sindicato permitió que la empresa cerrara la planta de forma permanente, pero GM se comprometió a invertir en otras fábricas estadounidenses. Los puestos de trabajo previstos para la planta de baterías son mucho menos de los 3.000 con los que alguna vez contó la planta de ensamblado de GM.

Algunos de los primeros informes mencionaban que el sueldo en la planta de baterías podría ser de 17 dólares la hora, un salario bastante inferior a los 31 dólares que ganaban muchos trabajadores de la planta de ensamblado en Lordstown. Barra señaló que los sueldos en la planta de baterías rondarían los mismos niveles de los sueldos de los trabajadores de UAW en las plantas de componentes, que suelen ser de diez a quince dólares la hora, cifras por debajo del salario máximo del sindicato de 32 dólares por hora.

“Debemos ser competitivos”, comentó Barra. “Pero estos trabajos serán muy bien pagados”.

Después de que se desocupó la planta de Lordstown, GM llegó a un acuerdo para venderla a una empresa emergente, Lordstown Motors, la cual planea producir camionetas pickup eléctricas. Lordstown Motors ha declarado que espera contratar a unos 400 trabajadores el próximo año con salarios comparables a los que ganan los miembros de UAW en grandes automotrices.

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