Jack Nicas
San Francisco
Funcionarios rusos abrieron una investigación antimonopólica en contra de Apple por haber restringido y eliminado aplicaciones de control parental de su App Store poco después de que la empresa lanzó su propio servicio rival, el último indicador de un creciente escrutinio en torno al poder de Silicon Valley.
El 8 de agosto, el Servicio Federal Antimonopolio de Rusia señaló que iba a investigar si Apple había violado las leyes de competencia de Rusia al rechazar en la App Store de iPhone una aplicación de control parental que creó Kaspersky Lab, una empresa rusa de ciberseguridad. La agencia rusa aseguró que, después de revisar la queja de Kaspersky, concluyó que Apple había rechazado la aplicación, la cual había aprobado con anterioridad, y había establecido requisitos poco claros para los desarrolladores de aplicaciones.
En abril, The New York Times informó que poco después de que Apple introdujo herramientas para ayudar a las personas a limitar el tiempo que ellas y sus hijos pasan en los iPhone, la empresa eliminó o restringió aplicaciones populares que ofrecían servicios similares. Apple señaló que esas aplicaciones usaban tecnologías de manera inapropiada, lo cual les daba demasiado acceso a los datos de los usuarios.
En junio, Apple dio marcha atrás y permitió que esas aplicaciones regresaran con las mismas tecnologías, siempre y cuando prometieran no “vender, usar o divulgar a terceros ningún tipo de datos sin importar el propósito”. Desde entonces, muchas de esas aplicaciones han regresado a la App Store.
En un comunicado del 9 de agosto, Apple mencionó que Kaspersky no había presentado una nueva versión de su aplicación para que fuera revisada.
“Apple respeta al Servicio Federal Antimonopolio de Rusia y estamos seguros de que su investigación confirmará que todos los desarrolladores gozan de la misma oportunidad de tener éxito en la App Store”, señaló Apple en el comunicado.
Como parte de su queja, Kaspersky afirmó que las reglas de Apple para regresar a la App Store eran vagas, que Apple prohibía a las aplicaciones que compartieran datos con firmas de análisis de datos de terceros para mejorar sus servicios y que Apple no permitía que las aplicaciones usaran la misma tecnología que la firma usaba para ayudar a los padres a controlar los teléfonos de sus hijos.