Stephen Grocer

Los líderes empresariales tuvieron muchas razones para preocuparse durante la primera mitad del año: se desaceleró el crecimiento económico, aumentaron las tensiones geopolíticas y la guerra comercial parecía no tener fin.

Sin embargo, dejaron todo eso de lado para lograr una cifra récord de acuerdos firmados.

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Una ráfaga de las llamadas “megafusiones” –las valuadas en 10.000 millones de dólares o más–, ocurrida durante la primera mitad del año, alcanzó por primera vez un valor superior a un billón de dólares de adquisiciones anunciadas en Estados Unidos, de acuerdo con datos de Refinitiv. A nivel mundial, el valor de los acuerdos llegó a unos dos billones de dólares.

Tan solo en junio, se anunciaron adquisiciones por un valor de más de 400.000 millones de dólares, la mayor cantidad en un solo mes de este año. Esta cifra incluyó grandes compras como el acuerdo de AbbVie para adquirir Allergan por 63.000 millones de dólares, una fusión de 86.000 millones de dólares de United Technologies y Raytheon, y la adquisición que realizó Salesforce.com de Tableau Software por 16.000 millones de dólares.

FUSIONES EUROPEAS

No obstante, debajo de estas grandes cifras hay evidencia de cautela. El valor de los denominados acuerdos transfronterizos disminuyó un 46% en comparación con el año pasado, cuando llegó a 900.000 millones de dólares. Las empresas chinas, las cuales se atascaron de compras en el extranjero hace tres años, anunciaron tan solo 19.000 millones de dólares en adquisiciones, alrededor de 74% menos en comparación con la cifra de hace un año.

Además, en Europa y Asia, donde las políticas comerciales del presidente Trump y la naturaleza inconclusa del brexit han exacerbado una desaceleración económica, han disminuido las transacciones.

Las fusiones europeas cayeron un 56%. Como muestra del alcance de esa disminución, los acuerdos europeos representaron tan solo el 15% del total en el mundo. Es la menor cifra en dos décadas. Además, la desaceleración perfectamente podría persistir mientras continúe prolongándose la salida del Reino Unido de la Unión Europea.

ANTIMONOPOLIOS

No todo se debió a las preocupaciones por la economía. Las inquietudes regulatorias –las cuales han sido una frustración para los negociadores desde hace tiempo– y la resistencia política hundieron grandes transacciones en Europa, en particular las conversaciones sobre alianzas entre Fiat Chrysler y Renault, y entre Deutsche Bank y Commerzbank.

Además, la decisión que tomaron este año las autoridades antimonopólicas europeas de bloquear un plan de Alstom de Francia y Siemens de Alemania que iba a combinar sus divisiones dedicadas a la fabricación de trenes ayudó a enfriar la actividad de las fusiones en la región, de acuerdo con banqueros y abogados.

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