Kenneth Chang

El 7 de junio, la NASA anunció que por primera vez permitirá que ciudadanos privados vuelen, si bien no a la Luna, al menos a la Estación Espacial Internacional, el único lugar donde hay gente viviendo fuera del planeta.

La NASA no se está transformando en una agencia de viajes espaciales. Empresas privadas tendrán que pagar alrededor de 35.000 dólares la noche por cada pasajero para que duerma en las camas de la estación y use sus servicios, entre ellos el aire, el agua, el internet y el baño.

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El anuncio fue uno de una serie de nuevas políticas diseñadas para que empresas aprovechen la estación espacial como un lugar para hacer negocios, algo que la NASA había desaprobado hasta ahora.

“Hay una diferencia enorme con la manera regular en que hacemos negocios”, comentó William H. Gerstenmaier, administrador asociado de exploración y operaciones tripuladas de la NASA, durante una conferencia de prensa en Nasdaq, en Nueva York.

El anuncio también podría servir para resolver los cuestionamientos sobre el futuro de la estación espacial. El año pasado, el gobierno de Trump creó un alboroto cuando propuso poner fin al financiamiento federal de la Estación Espacial Internacional para finales del 2024 y utilizar alternativas comerciales que aún están lejos de haberse encontrado.

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El 7 de junio los funcionarios de la NASA también afirmaron que el objetivo era realizar una transición a futuro a puestos remotos orbitales operados por completo por empresas privadas, pero que no había una fecha establecida.

“Tenemos la esperanza de que se desarrollen nuevas capacidades que algún día puedan remplazar a la estación espacial”, señaló Robyn Gatens, subdirector de la estación espacial para la NASA. “No dejaremos la estación hasta que tengamos otra alternativa, así que no hay una fecha segura”.

Otro de los anuncios que realizó la agencia fue que permitirá algunos proyectos que tengan como único fin generar ganancias, sin el requisito de un componente educativo o de investigación. Esto podría incluir llevar chucherías al espacio y después venderlas en la Tierra.

Lo que no está a la venta, por lo menos en lo anunciado ese día, son los patrocinios corporativos para parte de la estación. Los astronautas de la NASA todavía no tendrán permitido promocionar productos, pero podrían realizar producción fuera de cámara para comerciales hechos en órbita de clientes que paguen.

PUNTO DE INICIO

Aunque es costoso, los ingresos que le genere a la NASA el turismo espacial no serían en absoluto suficientes para cubrir los costos de operación de la estación espacial, uno de los mayores gastos de la agencia. En la actualidad, la NASA gasta entre 3.000 millones y 4.000 millones de dólares al año, más de 8 millones de dólares al día.

“No será una operación con fines de lucro para la NASA en lo más mínimo”, aseguró Jeff DeWitt, director financiero de la agencia. Sin embargo, el ingreso podría ayudar a cubrir costos de la NASA y permitirle invertir más dinero en otros proyectos.

Bigelow Space Operations, una firma con sede en North Las Vegas, Nevada, ya ha reservado cuatro lanzamientos. La empresa utilizará los servicios de SpaceX, la empresa de cohetes espaciales que dirige Elon Musk, para llevar a astronautas privados. Cada vuelo tendría al menos cuatro asientos.

La empresa todavía debe comenzar a buscar pasajeros.

Axiom Space de Houston, a cargo de Michael Suffredini, un ex administrador de la estación espacial de la NASA, también está organizando vuelos y espera llevar turistas el próximo año.

Tanto Bigelow como Axiom buscan utilizar la Estación Espacial Internacional como el punto de inicio para poner en órbita sus propias estaciones espaciales.

En la década del 2000, siete ciudadanos privados visitaron la estación, pero esos viajes fueron organizados por los rusos, los cuales operan la mitad de la base. En aquella época, la NASA decía que no estaba interesada en ese tipo de operaciones.

Desde entonces, han empezado a surgir una variedad de opciones para realizar vuelos espaciales privados. Virgin Galactic, empresa fundada por el emprendedor Richard Branson, y Blue Origin, de Jeffrey P. Bezos de Amazon, planean llevar pasajeros en vuelos cortos suborbitales. SpaceX también anunció que Yusaku Maezawa, el fundador de una empresa japonesa de ropa, va a pagar por un viaje alrededor de la Luna en una nave espacial que está construyendo la empresa.

EXPERIMENTOS

No obstante, la Estación Espacial Internacional es el único lugar donde vive gente –no más de seis a la vez– lejos de la Tierra. Quince naciones, encabezadas por Estados Unidos y Rusia, están involucradas en sus operaciones.

Algunas empresas ya llevan a cabo algunos experimentos modestos en la estación espacial, como Merck Research Laboratories, la cual ha desarrollado cristales de anticuerpos, y Made in Space, la cual está probando la manufactura de fibra óptica para comunicaciones de más alta calidad en el entorno sin gravedad de la órbita.

Sin embargo, ambos experimentos reciben un fuerte subsidio de la NASA, pues la agencia absorbe los costos de transporte hacia y desde la estación.

Bigelow y Axiom están entre las empresas que competirán para agregar un módulo comercial, una idea que comenzó a propagarse en la NASA durante el gobierno de Obama.

Después, la NASA pedirá propuestas para un segundo módulo comercial que no esté conectado de manera permanente a la estación espacial, sino que orbite por separado.

Funcionarios de la NASA afirmaron que, en vez de anunciar una serie de contratos limitados a bordo de la estación, habían decidido establecer reglas básicas generales de lo que las empresas pueden hacer en la estación.

“Pensamos que era importante describir todo el mercado comercial como lo vemos en la actualidad”, señaló Gerstenmaier.

Agregó que esto le serviría al sector privado para identificar nichos rentables.

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