POR ANDREW ROSS SORKIN, JESSICA SILVER GREENBERG, KATE KELLY Y NEAL E. BOUDETTE

Los miembros del consejo administrativo de Tesla están luchando para controlar a un director ejecutivo al que algunos consejeros consideran fuera de control.

La semana pasada, Elon Musk, el director ejecutivo y cofundador del fabricante de autos eléctricos, suscitó una tormenta pública tras anunciar en Twitter que quería privatizar Tesla. En días recientes, de acuerdo con personas familiarizadas con el asunto, algunos miembros del consejo le enviaron un mensaje severo: deja de tuitear.

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Musk no ha acatado la recomendación. No ha dejado de publicar mensajes en Twitter en los que divulga al público la estrategia de la empresa y en algunos casos realiza aseveraciones de una precisión dudosa. Esto solo se ha sumado al caos que envuelve a una empresa que ya estaba en aprietos.

Los miembros del consejo directivo de Tesla también se están apresurando para vacunarse contra los posibles efectos secundarios que podrían producir las declaraciones públicas de Musk. Los consejeros externos de Tesla han contratado a Paul, Weiss, Rifkind, Wharton & Garrison para llegar a un acuerdo con la Comisión de Bolsa y Valores sobre la investigación relacionada con las publicaciones, la cual se encuentra en sus primeras etapas, pero los consejeros creen que podría intensificarse hasta llegar a ser una investigación completa, según una persona. Además, tres de esos consejeros han contratado por separado al despacho jurídico Latham & Watkins para que los asesoren mientras sopesan la propuesta de Musk de volver privada la empresa.

ALARMAS

Algunos miembros del consejo se han alarmado porque consideran que el comportamiento de Musk es errático, según tres personas enteradas de algunas opiniones de los consejeros. La semana pasada, Musk tomó por sorpresa a los consejeros cuando tuiteó que tenía “financiamiento asegurado” para cerrar un posible acuerdo con el fin de privatizar Tesla, empresa que actualmente cotiza en la bolsa. Lo más probable es que este tipo de transacción cueste bastante más de 10.000 millones de dólares.

Esta semana, Musk señaló que se había reunido con el principal fondo de inversión del gobierno saudita para conversar sobre un posible acuerdo para volver privada a Tesla. Sin embargo, en realidad no hay ningún indicador de que Musk haya logrado algún tipo de compromiso para financiar esa transacción, y la semana pasada la Comisión de Bolsa y Valores contactó a la empresa respecto de las publicaciones de Musk en Twitter, las cuales provocaron un alza en el precio de sus acciones y que se detuviera la venta de las mismas.

Incluso antes de la controversia por esta propuesta de privatización, Tesla y su consejo administrativo enfrentaron un escrutinio por los lazos cercanos que tienen muchos de los consejeros con Musk.

Uno de ellos es el hermano de Musk, Kimbal. Otros son Antonio Gracias y Steve Jurvetson, consejeros de SpaceX, la empresa de cohetes de Musk.

Otro miembro del consejo, Ira Ehrenpreis, es inversionista de SpaceX. Brad W. Buss fungió como director financiero de SolarCity, el fabricante de paneles solares que dirige el primo de Musk y donde el mismo Elon fue presidente. Tesla adquirió SolarCity en el 2016.

La independencia del consejo se volvió un inconveniente cuando Musk anunció la adquisición de SolarCity, que tenía problemas en ese momento. Algunos inversionistas institucionales se quejaron de que el acuerdo no era benéfico para Tesla. Glass Lewis, un servicio de asesoría para accionistas, lo llamó un “rescate ligeramente velado” de una de las inversiones externas de Musk.

Por lo tanto, el Sistema de Retiro para Maestros del Estado de California y otros cuatro inversionistas importantes pidieron a Tesla que incorpore consejeros externos y refuerce su gobierno corporativo.

En respuesta, el año pasado Tesla agregó a dos consejeros independientes, James R. Murdoch, hijo de Rupert Murdoch y director ejecutivo de 21st Century Fox, y Linda Johnson Rice, presidenta y directora ejecutiva de Johnson Publishing.

AMISTADES PROBLEMÁTICAS

Las amistades de tiempo atrás entre algunos consejeros y Musk siguen siendo un problema.

La relación personal de uno de los consejeros independientes se consideró demasiado cercana como para permanecer en un comité que el consejo había establecido con el objetivo de evaluar la posible transacción que propuso Musk, de acuerdo con dos personas familiarizadas con el asunto. Como resultado, ese comité clave solo tiene tres miembros.

Asimismo, Tesla ha estado plagada de problemas operativos y se ha visto en dificultades para cumplir las metas de producción que estableció Musk para el Model 3, la primera oferta de consumo masivo de la empresa y un vehículo que él ha considerado crucial para que la empresa pueda ser rentable.

“Los problemas que enfrenta Tesla están relacionados con una carencia de madurez operativa”, opinó Roger McNamee, uno de los fundadores de Silver Lake que ahora actúa como gerente general de la firma de capital privado Elevation Partners. “Resulta sorprendente la paciencia que ha tenido el mercado mientras Tesla lucha por ajustar su proceso de fabricación”.

CONSEJEROS, MOLESTOS

Las frustraciones de los consejeros se han intensificado en días recientes.

Los consejeros estaban molestos porque los tuits de Musk los obligaron a apresurarse a emitir un comunicado público en el cual explicaban que se trataba de una transacción en su primera etapa, según gente que conoce las opiniones de los consejeros.

Hace poco tiempo, varios consejeros comentaron que Musk debía evitar el uso de Twitter, y hubo uno que lo instó a apegarse únicamente a fabricar autos y lanzar cohetes, de acuerdo con gente enterada de las comunicaciones del consejo.

La noche del 13 de agosto, Musk ya estaba de vuelta en Twitter. Publicó un mensaje en el que decía que estaba “emocionado de trabajar con Silver Lake y Goldman Sachs” como asesores financieros en su propuesta para privatizar Tesla.

Sin embargo, ni Goldman Sachs ni Silver Lake –una firma de capital privado especializada en inversiones dentro del sector tecnológico– habían acordado con Tesla o Musk cumplir con ese papel, según gente familiarizada con el asunto.

(Michael J. de la Merced colaboró con el reportaje).

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