JONATHAN A. KNEE

Durante casi un siglo, antes de su independencia en 1947, India operó bajo un sistema de gobierno británico conocido como el Raj, cuyo nombre proviene de una palabraen sánscrito que significa “reino” o “gobierno”. Después,más o menos hasta la introducción de la liberalización económicaen 1991, el país se estancó bajo una economía planeada cuyas apabullantes demandas regulatorias hicieron que se le llamara el “Raj de las licencias”.

El título del nuevo libro de James Crabtree, “The Billionaire Raj: A Journey Through India’s New Gilded Age” (El Raj multimillonario: un viaje por la nueva era dorada de India), sugiere que India se encuentra bajo el control deun régimen nuevo, pero no menos conflictivo. En una nación que ya no está a merced de los administradores imperiales, los maharajáso los pequeños burócratas, “ha crecido un nuevo sistema”, y los nacientes superricos han tomado el mando con firmeza.

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Crabtree, un ex jefe de redacción de The Financial Times en Bombay, plantea la imperiosa necesidad deestar al pendiente de sus multimillonarios. A mediados de la década de 1990, tan solo dos indios habían llegado a la lista anual de las personas más ricas del mundo que publica Forbes. Veinte años más tarde, hay más de cien, solo menos que en Estados Unidos, China y Rusia. Hace poco, un economista del Banco Mundial descubrió que alcrecimiento de la riqueza en ese país solo lo había superado la rapidez con la que había aumentado la desigualdad de los ingresos. En la actualidad, India supera en desigualdad a Estados Unidos, Brasil e incluso Rusia. Tan solo Sudáfrica es menos igualitaria.

Por desgracia, Crabtree no describe en detalle la diversa comunidad de multimillonarios indios, quienes enconjunto poseen cerca de medio billón de dólares en activos. De hecho, dedica solo la sección más breve de las tres que tiene el libro a describir de manera individual a algunos multimillonarios. Las descripciones más completas y entretenidas son las de los magnates anacrónicos tipo Trump que desean atraer los reflectores olos magnates en desgracia que buscan redimirse y saldar cuentas.

Crabtree parece haber tenido acceso directo limitado a los multimillonarios más populares, como el hombre más rico de India, el presidente de Reliance Industries, Mukesh Ambani, cuya historia enmarca toda la narrativa del libro. Una descripción de primera mano sobre la reunión pública de accionistas de Reliance en 2015 no es muy reveladora.

PANORAMA

El hecho de que “The Billionaire Raj” no cumpla la promesa de presentar un retrato completo de un grupo recién acuñado de multimillonarios que domina el segundo país más poblado del mundo no significa que el libro no sea interesante. Al contrario, el libro está repleto de viñetas profundamente reveladoras provenientes de varios rincones de las eternamente diversas sociedad y economía indias. Crabtree nos presenta a solucionadores de problemas de políticos a nivel local, a defensores anticorrupción a nivel nacional e incluso alequivalente de Bill O’Reilly (con todo y lema demagógico: “¡La nación quiere saber!”). La nación caótica y compleja que emergeno parece estar bajo el mandato de los multimillonarios ni de nadie más.

Hay dos temas persistentes reflejados en la mayoría de las observaciones que plagan “The Billionaire Raj”: la influencia que tienen en el país la corrupción y Narendra Modi, el primer ministro de India desde el 2014. Enrelación con ambos temas, Crabtree parece tener un conflictoprofundo.

Con respecto a la corrupción, Crabtree realiza una distinción entre la expoliación de recursospúblicos que sustentó las fortunas de muchos de los primeros multimillonarios indios y una forma de corrupción igual de “grande pero más ordenada”, en la cual el botín se usa para financiar el progreso social y fomentar el crecimiento. Crabtree trata este último tipo de corrupción de manera compasiva, aunque no quedan nada claras las líneas que separan las diversas formas de corrupción que describe.

Modi ha hecho mucho por reducir algunos de los mecanismos más flagrantes de corrupción, pero conel costo de un aumento perturbador del nacionalismo y de un estiloautoritario al estilo de Trump. Aunque Crabtree le da crédito aModi por haber “reajustado el equilibrio de poder entre la política y los negocios”, admite que “los sobornos todavía dominan sectores de la vida pública”. A pesar de estos problemas y de otras preocupaciones respecto del régimen actual, Crabtree concluye que la victoria de Modi “desmintió la noción de que India se había vuelto ingobernable y que su democracia turbulenta se había convertido en tal carga para su economía que no podría seguir el rápido proceso de desarrollo de China”.

Aunque puede haber razones para tal optimismo, no pude encontrarlas en las páginas de “The Billionaire Raj”. Apenas hace 30 años, las economías de China e India eran casi del mismo tamaño. En la actualidad, la economíachina es casi cinco veces más grande y, con la actual tasa de crecimiento de India, le tomará décadas alcanzar el tamaño que ahora tiene China.

La narrativa de Crabtree lo deja claro: la principal fuente de corrupción financiera –la putrefacción inamovible en la base de la economía india– son “los costos exorbitantes y cada vez más altos de las elecciones para los partidos políticos, lo cual los ha llevado a desviarenormes cantidades de fondos ilícitos”. Un candidato en una carrera reñida por un lugar en el parlamento debe recaudar al menosun millón de dólares, una suma monumental que es prácticamenteinalcanzable sin algún tipo de intercambio de favores ilegal. Es difícil no concluir que la democracia turbulenta de India es una amenaza grave para su desarrollo futuro. Si te quieres sentir mejor respecto de nuestros propios problemas ante la decisión de laSuprema Corte en el caso de Ciudadanos Unidos, lee “The Billionaire Raj”.

Crabtree cree que “no hay una razón” para que la actual era dorada de India no pueda “florecer en unaera progresiva propia, en la cual los peligros de la desigualdad y el capitalismo de amigos queden definitivamente en el recuerdo”. El retrato matizado de la India contemporánea que Crabtree ofrece tal vez no respalde este nivel de confianza, pero coincido con Crabtree en que “la esperanza que tiene el mundo de un futuro másdemocrático y liberal” depende en gran parte de que India “tengaéxito en esta transición”.

(Jonathan A. Knee es profesor de prácticas profesionales en la Escuela de Negocios de Columbia y asesor sénior en Evercore Partners. Su último libro es “Class Clowns: How the Smartest Investors Lost Billions in Education”).

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