• POR STANLEY REED
  • LONDRES

Una importante empresa de la industria energética invirtió en un desarrollador de energía solar. Otra empresa ha aumentado sus inversiones en la energía eólica. Hay una que incluso hizo una pequeña apuesta en la fusión nuclear.

Las empresas petroleras y de gas están realizando importantes inversiones en negocios cada vez más diversos por temor a que la presión por disminuir el cambio climático pueda frenar la demanda de sus productos de combustibles fósiles. El 18 de abril, Total, el gigante francés de la energía, llevó a cabo la última transacción de este tipo, al acordar la compra de una pequeña planta eléctrica que le daría una posición favorable para ofrecer energía limpia a sus clientes.

La compra por 1.400 millones de euros (cerca de 1.700 millones de dólares) de Direct Energie, la cual tiene 2,6 millones de clientes en Bélgica y Francia, parece ser un claro contraste con el negocio tradicional de Total. Esta última genera sólidas ganancias con la producción de petróleo y gas natural en grandes proyectos que desarrolla en lugares complejos y a menudo peligrosos, incluidos países como Catar y Angola.

El acuerdo parece ser parte de una tendencia que va en aumento: al no tener una manera clara de saber cómo se desarrollará la industria eléctrica en las siguientes décadas, las empresas petroleras importantes han invertido en una gran variedad de actividades, con la esperanza de encontrar ganadores o, por lo menos, aprender de la experiencia. En particular, están haciendo tratos con tecnologías de energías más limpias.

A finales del año pasado, por ejemplo, la empresa petrolera británica BP anunció un acuerdo de 200 millones de dólares con Lightsource, un desarrollador de energía solar. BP, la empresa que hace dos décadas inició las inversiones en energía limpia para luego reducirlas, una vez más está abriendo el camino. La empresa aseguró que es probable que invierta cerca de 500 millones de dólares al año en estos negocios.

Statoil, el gigante noruego, aumentó sus inversiones en energía eólica en altamar, apostando a que las enormes turbinas ubicadas en las vastas plataformas que flotan en el mar generarán gran parte de la energía mundial. Además, el mes pasado, en una de las maniobras más intrigantes, la empresa petrolera italiana Eni señaló que haría una apuesta inicial de 50 millones de dólares por una empresa escindida del Instituto Tecnológico de Massachusetts enfocada en la fusión nuclear: el objetivo es crear energía limpia por medio de la fusión de átomos.

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