• JIM TANKERSLEY
  • WASHINGTON

Los asesores del presidente Trump insisten en que la profesión de los economistas respalda firmemente la amenaza que hizo el gobierno de imponer aranceles a miles de millones de dólares en importaciones chinas. Muchos de los mejores economistas aseguran que esto no es verdad.

A lo largo y ancho del espectro ideológico, los expertos en comercio y ex asesores económicos de presidentes afirman que Trump está en lo correcto al enfatizar los asuntos en los que se considera de manera generalizada que China es un infractor, como el robo de propiedad intelectual y el acceso a su mercado nacional. Sin embargo, muchos de esos expertos dicen que los aranceles que planeó Trump tendrán un efecto contraproducente porque elevarán los costos a los negocios y consumidores estadounidenses y darán cabida a las represalias en contra de los exportadores de EEUU. Según los expertos, para cumplir su propósito, sería mejor que Trump encontrara aliados internacionales con los cuales realizar una campaña de presión en contra de Pekín.

"Muchos economistas han dicho que, sí, hay asuntos legítimos que resolver", comentó Laura D. Tyson, una economista de la Escuela de Negocios Haas de la Universidad de California campus Berkeley, quien dirigió el Consejo de Asesores Económicos durante la presidencia de Bill Clinton. "No he visto a nadie que diga que la respuesta acertada es una serie de aranceles a un montón de productos, la mayoría de los cuales no tienen ninguna relación verdadera con el problema subyacente".

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Tyson y muchos otros economistas aseguran que Trump cometió un error el año pasado cuando sacó a Estados Unidos del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP, por su sigla en inglés). Las personas que propusieron ese acuerdo coinciden en que habría unificado a una decena de países en contra de los chinos respecto de los problemas comerciales.

"No creo que la manera en que el gobierno está abordando el problema sea particularmente estratégica", mencionó David Autor, un economista del Instituto Tecnológico de Massachusetts, cuya investigación sugiere que la apertura comercial con China costó dos millones de empleos a EEUU a finales de la década de 1990 e inicios de la del 2000. "Lo primero que se debió hacer fue firmar el TPP, que se estableció como bastión en contra de China".

Desde hace tiempo, Trump ha despotricado en contra de las prácticas comerciales de China y, este año, impuso aranceles a las importaciones del acero y el aluminio, los cuales se percibieron en gran medida como un golpe al suministro excesivo de esos metales. Después propuso aranceles de hasta 150.000 millones de dólares a otras importaciones provenientes del país asiático.

Los asesores de Trump han remarcado que la mayoría de los economistas concuerdan con el presidente en que los chinos están robando propiedad intelectual estadounidense y restringiendo el acceso a su mercado de formas que ponen en desventaja a las empresas de EEUU.

"No hay ninguna persona que crea en el libre mercado o en el libre comercio y que esté en desacuerdo en este tema", comentó el domingo Larry Kudlow, el nuevo director del Consejo de Asesores Económicos, en el programa "State of the Union" de CNN. "En el gremio, si lo quieren llamar así, todos los colegas de la profesión concuerdan en que se deben tomar cartas en el asunto".

Muchos economistas aceptan que China debe ser confrontada sobre varios asuntos comerciales. Una gran parte asegura que los déficits comerciales bilaterales no son una buena medida para acceder al mercado o para la imparcialidad de los acuerdos comerciales.

"Creo que el problema principal que está denunciando el gobierno de Trump –la falta de protección a la propiedad intelectual– es grave, en particular para Estados Unidos", señaló N. Gregory Mankiw, un economista de Harvard que dirigió el Consejo de Asesores Económicos bajo el mandato de George W. Bush.

Los analistas económicos están empezando a predecir cómo se verá afectado el crecimiento por la imposición de aranceles. Esta semana, analistas de Goldman Sachs escribieron que los aranceles que se proponen en este momento reducirían menos de 0,1% del crecimiento de EEUU este año, pero también aseguraron que "es más difícil descartar que la escalada de represalias continúe hasta llegar a un nivel que a fin de cuentas tenga un impacto de primer orden en la economía" si EEUU y China no pudieran llegar a un consenso.

Según la mayoría de los economistas que no están de acuerdo con los aranceles, pero están a favor de tomar medidas en contra de China, EEUU debería formar una coalición multinacional para confrontar a los chinos.

"Cualquier buena estrategia debe incluir la posibilidad de aliarse con otros países", señaló Jason Furman, un economista de la Escuela de Gobierno Kennedy de Harvard y quien dirigió el Consejo de Asesores Económicos durante el gobierno del presidente Barack Obama.

Furman, Mankiw y otros economistas mencionaron que EEUU debería mantener la presión de su argumento en contra de China ante la Organización Mundial del Comercio. Con frecuencia, los economistas que no están de acuerdo con la estrategia del gobierno también ponen énfasis en que ser parte del TPP habría dado mayor ventaja a EEUU en esta disputa.

Desde que Trump renunció al pacto, otros 11 países han seguido adelante con el acuerdo. Este año, el presidente dijo que iba a reconsiderar firmar el acuerdo si se renegociaba para beneficiar a EEUU de una forma más sustancial.

"Queda claro que fue un error terrible" renunciar al acuerdo, mencionó Austan Goolsbee, un economista de la Escuela de Negocios Booth de la Universidad de Chicago y otro presidente del Consejo de Asesores Económicos durante el mandato de Obama. "Era una coalición de la gran mayoría de las economías asiáticas ajenas a China que estaba de acuerdo exactamente con los principios que daban a forma a lo que ahora decimos que queremos. Estaríamos en una situación mucho más favorable si tuviéramos a todos esos países de nuestro lado".

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