MICHAEL J. DE LA MERCED

LONDRES

En apenas tres años, Katerra ha dejado de ser una empresa emergente con un enfoque distinto dentro de la industria de la construcción para convertirse en una empresa con reservaciones para proyectos nuevos valorados en 1.300 millones de dólares.

Ahora ha obtenido el apoyo de uno de los inversionistas en empresas emergentes más importantes y temerarios que haya en el mundo.

El 24 de enero, Katerra planeaba anunciar que había recaudado 865 millones de dólares en una nueva ronda de financiamiento encabezada por Vision Fund de SoftBank, el vehículo de inversión de cerca de 100.000 millones de dólares que ha sorprendido al mundo del capital de riesgo.

Al invertir en Katerra, Vision Fund y otros inversionistas –incluidos Canada Pension Plan Investment Board y Soros Fund Management– apoyan a una empresa emergente que se acerca de una nueva manera a la industria constructora de 12 billones de dólares. Entre los fundadores de la empresa se encuentran Michael Marks, un ex director ejecutivo de la empresa de electrónica ahora conocida como Flex; Jim Davidson, uno de los fundadores de Silver Lake, la firma de inversión en tecnología, y Fritz H. Wolff, el presidente ejecutivo de Wolff Company, la firma de inversión de capital privado en bienes raíces.

Katerra, cuyas oficinas centrales se encuentran en Menlo Park, en el estado de California, es básicamente una empresa que aglutina múltiples servicios para construcciones, desde diseño de arquitectura hasta la construcción en sí. Obtiene los materiales por sus propios medios y elabora componentes en su fábrica de Phoenix. Ha creado una red de proveedores alrededor del mundo.

Aunque por el momento Katerra pierde dinero, Marks señaló que la empresa iba por tan buen camino que podría ser rentable desde el próximo año.

“Katerra está aprovechando las tecnologías más recientes para transformar por completo la manera en que construye la gente”, comentó en un comunicado Jeffrey Housenbold, un socio administrador de SoftBank Investment Advisers.

Como parte de la inversión, Housenbold y Adam Fisher del fondo Soros serán parte de la junta directiva de Katerra.

El nuevo dinero hará posible que Katerra construya aún más fábricas –hasta cuatro en los próximos años– y que financie más proyectos de investigación y desarrollo, mencionó Michael Marks, uno de sus fundadores.

Así también, Marks comentó que más adelante habrá una oferta pública inicial.

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