ANDREW ROSS SORKIN

Durante los últimos años, se ha especulado sobre el futuro de Elon Musk en Tesla, y si dejará la gerencia general en los próximos dos años.

Musk avivó esa especulación hace cinco años cuando señaló que quería quedarse hasta ver finalizada la introducción del Model 3. Después, en el 2014 dijo: "Tendré que ver cómo van las cosas en ese momento", y agregó: "Ciertamente seré el director ejecutivo durante los próximos cuatro o cinco años, y definiremos después de eso".

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Con el éxito que ha tenido Musk en una variedad de proyectos, como Space X, su empresa de aeronáutica, era natural que los inversionistas esperaran que el modelo en el que se basó Robert Downey Jr. para encarnar al personaje de Tony Stark en "Iron Man" pudiera cambiar de papel en Tesla.

Bien, ya pasaron cuatro años, el Model 3 debutó en julio pasado (aunque los retrasos en la producción ralentizaron el lanzamiento al mercado) y la declaración que iba a dar Musk ya se ha hecho: me comentó que había accedido a quedarse como director ejecutivo de Tesla la próxima década.

El martes, la empresa está planeando anunciar el nuevo plan de compensaciones de Musk, y tal vez sea el más radical en la historia corporativa: Musk recibirá un pago solo si alcanza una serie de metas impactantes con base en el valor de mercado y las operaciones de la empresa. Si no lo logra, no recibirá nada.

Tesla se ha impuesto una docena de objetivos, cada uno con valor de 50.000 millones de dólares más que el anterior, comenzando con 100.000 millones, después 150.000 millones, luego 200.000 millones, etc. hasta alcanzar un valor de mercado de 650.000 millones de dólares. Además, la empresa se ha puesto otra serie de metas de ingresos y utilidades ajustadas. Musk recibiría 1,68 millones de acciones, o cerca del uno por ciento de la empresa, solo después de haber alcanzado los dos conjuntos de objetivos.

Sin embargo, para poner estas cifras en perspectiva, el valor de Tesla en la actualidad es de tan solo 59.000 millones de dólares.

Si Musk llegara a elevar el valor de Tesla de algún modo a 650.000 millones de dólares –una cantidad que muchos expertos asegurarían que es totalmente imposible que logre Tesla y que la volvería una de las cinco empresas más grandes de Estados Unidos, con base en valoraciones actuales–, su adjudicación de acciones podría valer hasta 55.000 millones de dólares (si suponemos que la empresa no emitirá más acciones a lo largo de la próxima década, lo cual es poco realista). Incluso si logra varias de las metas, ganaría miles de millones de dólares.

Es probable que los críticos de Musk –y tiene varios– argumenten que el nuevo plan de compensaciones es tan solo el último truco publicitario de la empresa. Se le ha llamado un P.T. Barnum moderno, que ha creado la ilusión de tener éxito, aunque suele fracasar de manera constante en los estimados de producción. La empresa sigue perdiendo dinero: en un momento del año pasado perdió casi medio millón de dólares por hora, según Bloomberg News. Jim Chanos, un vendedor al descubierto que ha apostado en contra de las acciones de Tesla –y que por lo tanto ha estado del lado perdedor de esa cotización por mucho–, ha afirmado que Tesla no vale nada.

Sin embargo, el plan de compensaciones de Musk no es ninguna ilusión: solo recibirá el pago si la empresa tiene éxito en el largo plazo con ganancias significativas en la capitalización bursátil. Además, es imposible que manipule el sistema intentando apuntalar el precio de las acciones durante un período temporal. Bajo los términos del acuerdo, aun cuando sus acciones se hagan efectivas, debe tenerlas cinco años más antes de poder venderlas.

Según la manera en que está estructurado el arreglo, cada meta es un elemento contundente: lo logra o no obtiene nada.

"Si lo único que sucede en los próximos diez años es que el valor de Tesla aumenta 80 o 90%, entonces mi cantidad de compensación sería cero", mencionó Musk (sus cálculos se basan en el precio que tuvieron las acciones a comienzos de este año, cuando la empresa estuvo valorada en 50.000 millones de dólares).

Sin embargo, argumentó lo siguiente: "En verdad veo que el potencial de Tesla es convertirse en una empresa de billones de dólares en un período de diez años".

Dentro de los planes de compensación ejecutiva, el de Tesla es el más amigable que puede haber con los accionistas. Muchas otras empresas han instalado paquetes muy grandes que suelen costear los accionistas porque los ejecutivos reciben su pago aun cuando decepcionan a sus pares.

Cuando le preguntaron cómo deberían sentirse los accionistas respecto del nuevo paquete de pago de Musk, Ira Ehrenpreis, el presidente del comité de compensaciones de Tesla, me dijo lo siguiente: "Si sale cara, ganas; si sale cruz, no pierdes", es decir, si Musk gana miles de millones entonces los accionistas también ganarán. Y, si Musk pierde, los accionistas no pagarán nada.

El nuevo plan de compensaciones de Musk es similar a uno anterior que se implementó en el 2012 cuando la empresa valía 3.200 millones de dólares. La diferencia con la situación actual es que las cifras son mucho mayores. Ese paquete también le pagaba a Musk solo cuando alcanzara cierto valor de mercado y ciertos parámetros operacionales. Y casi nadie podía imaginar que Tesla llegaría a valer 17 veces más de lo que valía en aquel entonces.

Musk ha logrado todas las métricas de ese plan menos una.

Aunque Musk ha adquirido derecho de propiedad sobre sus acciones, no las ha vendido excepto para pagar los impuestos de las transferencias de derechos. Su participación actual vale 13.000 millones de dólares.

Musk no recibe un sueldo, aunque conforme a las leyes del estado de California, Tesla debe pagarle al menos el salario mínimo. Tesla le envía cheques por un poco más de 37.000 dólares al año. "No los cobro", señaló. "Se terminan acumulando en alguna cuenta bancaria de Tesla".

Para vivir, Musk ha pedido préstamos respaldados por sus acciones, una práctica que han cuestionado algunos ejecutivos corporativos. Musk insiste en que los préstamos son una porción tan pequeña de su participación en la empresa que, incluso si las acciones de Tesla cayeran de forma precipitosa, el hecho no impactaría ni a él ni a la empresa.

Si Musk tiene éxito en algunos de sus objetivos, eso también significaría que los empleados de la empresa, incluidos los que trabajan en la fábrica, quienes reciben su sueldo en efectivo y en participación, podrían volverse millonarios.

Según los términos del acuerdo, el cual está sujeto a la aprobación de los accionistas, Musk debe permanecer como director ejecutivo de la empresa, aunque el acuerdo le permitiría volverse director de producto y presidente ejecutivo con un director ejecutivo que le reporte. Musk mencionó que consideraría esa posibilidad solo si la empresa se vuelve tan grande que necesite reclutar un directivo que supervise las operaciones.

Musk ha mencionado en varias ocasiones que no le motiva el dinero. Entonces, ¿qué le atrae de este plan de incentivos?

"Ningún punto del plan pretende crear una fortuna dinástica", afirmó. "La razón que lo hace importante para mí en lo personal es que quiero hacer algunas cosas muy grandes".

"Quiero contribuir lo más posible a que la humanidad se vuelva una especie multiplanetaria", explicó, en alusión a un objetivo del que ha hablado a menudo, el cual incluye llevar gente a vivir a Marte. "Es evidente que eso requiere una cierta cantidad de capital".

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