Matthew Goldstein

William A. Ackman, un inversionista multimillonario, apostó a su reputación como elector inteligente de acciones en su capacidad para supervisar un radical giro en Valeant Pharmaceuticals International.

Cuando otros fondos de cobertura comenzaron a dejar Valeant, en el 2015, a medida que crecían cuestionamientos sobre sus prácticas para fijar precios de los medicamentos y sus procedimientos de contabilidad, Ackman valientemente –algunos dirían obstinadamente– se mantuvo firme.

Invitación al canal de WhatsApp de La Nación PY

Para defender su gran apuesta en Valeant, realizó una maratónica conferencia telefónica con otros inversionistas y reporteros en octubre del 2015. Luego, efectivamente duplicó su apuesta al comprar más acciones y ocupar dos asientos en el directorio de la compañía, incluyendo uno para sí mismo. El año pasado, durante una audiencia, buscó calmar a enojados senadores acerca de la fijación de precios en Valeant.

Pero nada de eso fue suficiente para detener el sangrado por unas acciones que se habían desplomado de pico un máximo de 257 dólares en el verano del 2015. Mientras que el mercado de valores ha aumentado su actividad desde las elecciones presidenciales estadounidenses de noviembre pasado, las acciones de Valeant han seguido cayendo, llegando a US$ 12,11 el lunes.

Fue cuando Ackman tiró la toalla y anunció que su firma, Pershing Square Capital Management, se estaba deshaciendo de una de sus peores inversiones en la historia: una apuesta de dos años y que le llevó a perder cerca de US$ 4 mil millones para sus inversionistas.

Después del cierre de las operaciones el lunes, Pershing Square dijo que había vendido unos 27 millones de acciones y opciones en Valeant, lo que implica que vendió toda su participación en la empresa.

La decisión de separarse de Valeant es otro ojo morado para Ackman, el hombre de pelo plateado, quien alguna vez fue venerado por muchos en Wall Street –un "Baby Buffett", según la revista Forbes– por su inclinación a elegir las compañías adecuadas para administrar o reorganizar estructuralmente.

Valeant fue un gran reto. Llegó a ser la compañía preferida del mercado de valores y hasta llegó a parecer que estaba cambiando el modelo de negocio para la industria farmacéutica con sus adquisiciones implacables. Pero las preguntas sobre su contabilidad agresiva y el fuego político sobre sus precios de drogas –sobre una enorme pila de deuda– demostraron ser demasiado.

Además de los problemas con Valeant, Pershing Square ha sido castigada por la actuación de Herbalife, la compañía de complementos alimenticios nutricionales que Ackman dijo era un esquema piramidal ilegal y que en algún momento se derrumbará.

Hace varios años, Ackman comenzó una apuesta de 1 mil millones de dólares de que las acciones de Herbalife se derrumbarían, algo que no ha ocurrido a pesar de que la Comisión Federal de Comercio el año pasado multó a la compañía y le ordenó reestructurar sus prácticas de ventas.

Cuando los problemas se acumularon en Valeant, que hasta se vio obligada a cambiar a sus ejecutivos, Ackman se involucró todavía más tratando de revertir la fortuna de la compañía. Pero Valeant fue responsable en última instancia de grandes pérdidas para el fondo de cobertura en los últimos dos años, humillando a Ackman y golpeando duramente a sus inversores.

El 7 de marzo último, Pershing Square Holdings, una cartera negociada públicamente que refleja el principal fondo de cobertura, bajó un 1,5% para este año. En el 2016, la cartera bajó 13,5%, y en el 2015, cayó 20,5%.

Hay que reconocer, a pesar de todo, que la firma de fondos de cobertura de Ackman tuvo más éxitos que fracasos, registrando nueve años ganadores desde que comenzó en el 2004.

El movimiento de Ackman para separarse de Valeant tiene similitudes con la gran inversión de Pershing Square en JC Penney, donde también tenía un lugar en el directorio. Ackman hizo una gran apuesta en una estrategia de cambio en JC Penney solo para verla fallar miserablemente, vendiendo su participación en la compañía en el 2013.

En el presente anuncio sobre Valeant, Ackman dijo que él y Stephen Fraidin, vicepresidente de Pershing Square, permanecerían en el directorio de Valeant hasta la reunión anual de la compañía, pero apuntó que no se presentarán a la reelección.

Pershing Square, que tiene más de 11.000 millones de dólares en activos, dijo en un comunicado que esta venta le permitiría "admitir una gran pérdida fiscal, lo que nos permitirá dedicar más tiempo a nuestras otras compañías de cartera y nuevas oportunidades de inversión".

Ackman comenzó a comprar a Valeant en el 2015 y ha dicho que el precio promedio de la acción que pagó su firma fue de 190 dólares. Hasta hace tan poco como el desplome de las acciones, él seguía defendiendo la inversión y la decisión de ganar dos lugares en el directorio.

"Tengo un estómago enorme para la volatilidad", dijo a una audiencia en noviembre en la conferencia de DealBook patrocinada por The New York Times.

En la declaración de Pershing Square, Ackman no ofreció ninguna razón para salir de Valeant ahora, ni para explicar su decisión de dejar que su firma vendiera sus acciones. Pero en su declaración manifestó: "Deseamos a la compañía y a sus empleados extremadamente trabajadores, dedicados y leales un gran éxito en el futuro".

Déjanos tus comentarios en Voiz