• Por el Dr. Juan Carlos Zárate Lázaro
  • MBA
  • jzaratelazaro@gmail.com

Se hace muy necesario que podamos avanzar con la reforma estructural del Estado, siendo uno de los aspectos de mayor relevancia la revisión y evaluación a fondo de la capacidad e idoneidad del 100 % de la plantilla de funcionarios del sector público en sus tres poderes.

Con la promulgación y reglamentación de la Ley del Servicio Civil ya no caben las excusas para que de una vez por todas en todos los entes que forman parte del Poder Ejecutivo se pueda hacer la depuración que fuere necesaria, que permita que en todas las instituciones, a través de una buena y profesional reingeniería, puedan formar parte de su estructura organizacional los más idóneos y capaces, pues el objetivo primario de la misma debe ser la profesionalización al máximo de todos los servidores públicos.

Esperemos que el Viceministerio de Capital Humano esté trabajando con todos ellos a fin de ir diseñando el anhelado achicamiento del Estado en lo que atañe a ministerios y secretarías ejecutivas, siguiendo el ejemplo de Argentina, que a través de un trabajo fuerte de racionalización han reducido la cantidad de ministerios a 8 para 46 millones de habitantes, haciendo lo mismo con otros entes que abultaban la estructura estatal, desangrando en forma importante los recursos limitados y finitos del PGN.

Es una brillante ocasión para que con las directrices del Viceministerio de Capital Humano y los departamentos de RR. HH. de las diversas instituciones, apoyadas estrechamente por los profesionales en Organización y Métodos (O&M), puedan hacer un análisis y evaluación en detalle de la calidad de la plantilla que poseen, para poder reubicar a los más talentosos y capaces, con lo cual se podría racionalizar importantes montos en pagos de salarios y otros beneficios y destinarlos a sectores vulnerables a nivel país, y que a fin de año la ciudadanía pueda estar al tanto de los trabajos de depuración que se han venido haciendo.

Para que dicha legislación tenga un verdadero sentido, tuvo que haber alcanzado a los tres poderes del Estado, pues nuestra debilidad estructural institucional no se da solo dentro del Poder Ejecutivo, aspecto que los potenciales inversionistas extranjeros sopesan, analizan y evalúan muy bien antes de tomar sus decisiones de radicar sus capitales en nuestro país.

Los poderes Legislativo y Judicial se escudan en que son independientes del Ejecutivo, y que cuentan con su propio reglamento. Ok, pero que también “se remanguen” y hagan el trabajo de reorganización administrativa, eliminando todo “lo que sea grasa”, que de hecho sigue siendo mayoría.

La Ley del Servicio Civil debe abarcar globalmente todo lo que atañe a la cualificación de nuestros servidores públicos a través de coordenadas bien definidas para el ingreso a las diversas instituciones y paralelamente evaluando a través de RR. HH. la performance de cada uno de ellos, pues si no aportan valor agregado, no hace sentido alguno seguir manteniéndolos, pues es preferible tener menos funcionarios públicos, pero que sean capaces, inteligentes, proactivos y que se consideren verdaderos servidores de la ciudadanía, que a través del pago de sus impuestos y otros tributos les pagan mes a mes su salario.

De esta forma se estará premiando a la meritocracia, capacidad e idoneidad, como siempre debió haber sido, y dejar de lado definitivamente el prebendarismo, clientelismo político y el “color del pañuelo”, pues muchísimos jóvenes capaces y guapos de verdad están esperando su turno para demostrar que están en condiciones de brindar un excelente servicio, derribando la odiosa burocracia que sigue siendo “un cáncer” en pleno siglo XXI.

Desde el Ministerio de Economía han señalado que la Ley del Servicio Civil incluye a todos, excepto a las sociedades anónimas con participación mayoritaria del Estado y fuerzas de seguridad, pero lamentablemente en muchísimos casos la decisión queda en manos de los legisladores donde los aspectos políticos siguen dentro del podio de su escala de valores.

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