• Douglas Wegner
  • Fundación Dom Cabral, Brasil

En los últimos años se ha producido un cambio significa­tivo en la forma en que las empresas crean y captu­ran valor. En la mayoría de los sectores de nego­cios, la visión ha pasado de una perspectiva individual –“los productos y solucio­nes de mi empresa”– a una perspectiva colectiva: “los productos y soluciones en nuestro ecosistema de negocios”.

Existen varias razones para ello: 1) pocas empre­sas logran ofrecer por sí solas la solución completa que el cliente necesita, 2) los cambios tecnológicos y sociales requieren inno­vación constante, más allá de las capacidades de una sola organización, 3) sur­gen continuamente nuevas soluciones complementa­rias de múltiples actores, y 4) las fronteras entre secto­res se han vuelto fluidas, al punto de que competidores emergen desde diferentes frentes.

Desde el agronegocio hasta la tecnología de la información, ningún sec­tor es inmune al proceso de creación de ecosiste­mas de negocios. Considé­rese, por ejemplo, el caso de John Deere: desde 2013 dejó de ser únicamente una empresa de maqui­naria y equipos agrícolas para convertirse en una organización que integra soluciones para el produc­tor.

Utilizando los datos generados en el campo, logra comparar resul­tados, identificar mejo­res prácticas y recomen­dar servicios y soluciones personalizadas para cada agricultor, ampliando así su productividad.

Mercado Libre pasó de ser un simple marke­tplace a una plataforma digital que conecta múl­tiples lados para aten­der a sus clientes con una amplia gama de servicios, garantizando rapidez en la entrega y satisfacción. iFood, empresa brasileña que inició sus operaciones como un servicio especia­lizado en entrega de ali­mentos, se transformó en un ecosistema integrado que ayuda a sus socios a vender más, optimizar operaciones y acceder a financiamiento.

Lo que propongo es que las empresas desarrollen una capacidad que deno­mino ecosystem thin­king, algo equivalente a un “pensamiento ecosis­témico”. En la práctica, esto significa que la orga­nización necesita combi­nar tres grandes capaci­dades: 1) visión holística, 2) colaboración y coope­tencia, y 3) sostenibilidad e impacto sistémico

La capacidad de visión holística exige a la empresa una comprensión amplia de las necesidades de los clien­tes y de los actores, así como de los recursos disponi­bles en el ecosistema que pueden satisfacer dichas necesidades. Las deman­das de cualquier consu­midor siempre serán más complejas de lo que una sola organización pueda aten­der. Por eso, debe ser capaz de mapear y atraer socios al ecosistema, generando una propuesta de valor para los clientes superior a la de otros ecosistemas.

La segunda capacidad es la de colaboración y coo­petencia, es decir, la de diseñar y orquestar rela­ciones simultáneamente competitivas y colabora­tivas. Esto implica alinear actores y coordinar múl­tiples intereses, gestio­nando recursos, conoci­miento y valor.

Es posible, por ejemplo, que empresas que ofrecen un mismo tipo de solución al cliente sean competidoras dentro del ecosistema, como restau­rantes con menús simi­lares o vendedores que promocionan los mismos productos y servicios.

Aun­que sean competidores, su participación es esencial para garantizar opciones y variedad a los clientes. Finalmente, el orquestador debe ser capaz de definir reglas claras de gobernanza del ecosistema, incluyendo incentivos, mecanismos de control y criterios de entrada y salida.

La tercera capacidad con­siste en promover sos­tenibilidad e impacto sistémico. Es decir, el orquestador necesita tener conciencia de los impac­tos sociales, ambientales y económicos que el ecosis­tema genera para todos los públicos. Asimismo, debe desarrollar una visión de largo plazo en la creación y distribución del valor, para mantenerlo atractivo para socios, clientes y para la sociedad en su conjunto.

Desarrollar la capacidad de ecosystem thinking es fun­damental para las empre­sas en sectores dinámicos, en los que la transforma­ción ocurre a gran veloci­dad y los incumbentes son constantemente desafiados por nuevos actores.

¿Está preparada su empresa? En la Fundação Dom Cabral tenemos experiencia en ayudar a las organizacio­nes a desarrollar e imple­mentar soluciones innova­doras, con foco en el cliente. Contáctenos para conocer cómo podemos ayudar a su empresa a construir una estrategia colaborativa y articular un ecosistema de negocios innovador

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