• Jorge Torres Romero

En la jerga periodística el término “pescado podrido” se utiliza para referirse a noticias falsas entregadas intencionalmente por una fuente que busca desacreditar a alguien o instalar un tema que no es relevante.

Los periodistas podemos llegar a comprar “pescado podrido”, sobre todo cuando la fuente es creíble o surge de una filtración pública. Las revelaciones del periodista argentino Luis Gasulla sobre los beneficiarios finales de dos cuentas en la isla Seychelles que involucran al expresidente Mario Abdo Benítez y su esposa surgen de una filtración de alto nivel con acceso directo a documentación bancaria internacional.

La determinación de la veracidad de lo revelado está en manos del Ministerio Público que debe abrir una causa formal para reconstruir la ruta del dinero que a todas luces provendría de la corrupción. Son USD 21 millones que no figuran en la declaración jurada del exmandatario.

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Los aliados políticos del abdismo, la prensa que responde a este sector (ABC-UH) y la oposición cómplice del gobierno anterior, rápidamente quieren instalar lo del “pescado podrido” sin que ello se haya demostrado o directamente ignoran el tema.

A propósito de “pescado podrido”, recordemos la famosa filtración del informe de Inteligencia Financiera de la Seprelad en la era Abdo, que derivó en causas abiertas, sanciones y causó tremendos daños económicos al adversario político de Marito. Este caso creo que ya llegó a ser “ballena podrida”.

Los principales responsables hoy están acusados por la Fiscalía, con casi 200 pruebas de que armaron, montaron y fraguaron el contenido de esos informes. Por eso han contratado media docena de abogados chicaneros para evitar la Justicia.

Otro caso de “pescado podrido” fue la declaración del condenado sicario Francisco Correa Galeano. Las declaraciones de este colombiano cómplice del asesinato del fiscal Marcelo Pecci, fueron tomadas como la verdad absoluta e irrefutable y también derivó en la apertura de una investigación fiscal contra Horacio Cartes.

La diputada de Patria Querida Rocío Vallejo fue abordada sobre el escándalo de las offshore de Abdo y su respuesta fue: “Hay que ser prudentes, mirar la fuente, no conozco al periodista que publicó. Cuidado con el origen de la noticia”. Pero cuando la denuncia es contra un enemigo político, nada de cautela ni cuidado sobre el origen de la fuente, se lo liquida. Así funciona el oportunismo político.

Lo que bueno es que este caso de las cuentas en paraísos fiscales sirve para ratificar la hipocresía política y mediática y ya sabemos quién es quién. Todo debe ser aclarado, todos los que tienen carga pública deben ser auscultados, desde Cartes hasta Marito, o cualquiera, solo que cuando se trata de uno no se pide cautela, directamente viene el linchamiento público y mediático. Los paraguayos nos merecemos saber la verdad sobre la supuesta cuenta de Abdo. Si es verdad a Tacumbú y si es mentira, bueno, probó alguito de su propia medicina. Puedo estar equivocado, pero es lo que pienso.

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