- Por Por Luis Vivanco
- Profesor Asociado de la FDC, Brasil
Entre los tipos de riesgo de liquidez, estos pueden clasificarse en dos grandes grupos:
• Riesgo de liquidez de mercado: ocurre cuando un activo no puede venderse rápidamente sin afectar significativamente su precio. Es común en mercados con baja profundidad o en momentos de crisis.
• Riesgo de liquidez de financiación (o de caja): se refiere a la incapacidad de una empresa o institución financiera para obtener recursos con los que cumplir sus obligaciones de corto plazo, como el pago de deudas o proveedores.
Durante la crisis financiera de 2008, muchos bancos enfrentaron serios problemas de liquidez. Aunque poseían activos en sus balances, como hipotecas y títulos, no lograban venderlos sin incurrir en grandes pérdidas. Esto llevó a la quiebra de instituciones como Lehman Brothers y a la necesidad de rescates gubernamentales a gran escala.
Una gestión eficaz del riesgo de liquidez es esencial para la salud financiera de cualquier organización. Algunas estrategias incluyen:
• Mantenimiento de reservas de liquidez: conservar una parte de los activos en instrumentos altamente líquidos, como efectivo o títulos públicos de corto plazo.
• Diversificación de fuentes de financiación: evitar una dependencia excesiva de una única fuente de crédito o inversionista.
• Pruebas de estrés: simular escenarios adversos para evaluar la capacidad de respuesta de la empresa en situaciones de crisis.
• Gestión activa de pasivos: monitorear plazos de vencimiento y renegociar deudas cuando sea necesario.
Algunos indicadores son ampliamente utilizados para monitorear la liquidez de una empresa o institución financiera:
• Índice de liquidez corriente: relación entre activo circulante y pasivo circulante. Mide la capacidad para cumplir compromisos de corto plazo.
• Índice de liquidez seca: relación entre el activo circulante descontando el inventario y el pasivo circulante. Mide la capacidad para cumplir compromisos de corto plazo sin considerar el inventario.
• Índice de liquidez inmediata: considera únicamente los activos más líquidos, como el efectivo y equivalentes, en relación con el pasivo circulante. Evalúa la capacidad de la empresa para cumplir compromisos de corto plazo utilizando solo las disponibilidades.
• LCR (Liquidity Coverage Ratio): exigido a los bancos, mide si la institución posee activos líquidos suficientes para cubrir salidas de efectivo en un escenario de estrés de 30 días.
• Índice de liquidez general: relación entre el activo circulante más realizable a largo plazo y el pasivo circulante más exigible a largo plazo. Evalúa la capacidad de cumplir compromisos de largo plazo. El riesgo de liquidez no solo afecta a las empresas de forma individual, sino que puede tener efectos sistémicos. Cuando una institución de gran porte enfrenta problemas de liquidez, puede generar desconfianza en el mercado, contagio financiero e incluso crisis económicas. Por ello, supervisores como el Banco Central y el Comité de Basilea imponen normas estrictas para garantizar la resiliencia del sistema financiero.
Por lo tanto, el riesgo de liquidez suele ser una amenaza silenciosa, que se manifiesta rápidamente y con consecuencias devastadoras. Su gestión exige planificación, disciplina y monitoreo constante. En un mundo cada vez más interconectado y ágil, comprender y mitigar este riesgo es una prioridad no solo para instituciones financieras, sino para cualquier organización que desee preservar su estabilidad y reputación.
Los conceptos presentados se encuentran en el centro del programa PAEX de la fundación Dom Cabral, que dedica cada vez más esfuerzos a la visión estratégica de líderes empresariales, con el fin de aumentar la capacidad de los ejecutivos para resolver problemas, definir competencias y construir un modelo de gestión estratégica orientado a resultados.
El riesgo de liquidez constituye uno de los pilares centrales de la gestión de riesgos financieros, afectando tanto a grandes instituciones financieras como a pequeños inversionistas. En términos simples, representa la posibilidad de que una entidad no consiga cumplir con sus obligaciones financieras en el plazo previsto, ya sea por falta de recursos disponibles o por la incapacidad de convertir activos en dinero rápidamente sin pérdidas significativas.
Pero, al fin y al cabo, ¿qué es la liquidez? La liquidez es la facilidad con la que un activo puede convertirse en dinero. Un activo altamente líquido, como el efectivo o acciones de empresas con alto volumen de negociación, puede venderse rápidamente con poco o ningún descuento en su valor. Por el contrario, activos menos líquidos, como bienes inmuebles u obras de arte, pueden tardar meses en venderse y muchas veces con pérdidas.