- Jorge Torres Romero
- Columnista
Hay un puñado de amargados que detestan al Paraguay, en realidad se detestan a sí mismos, por sus fracasos y frustraciones. Por eso odian el éxito de los demás, se ofuscan con las buenas noticias y solo quieren revolcarse en sus miserias, porque se sienten incapaces de superarse. Solo les queda maldecir y aguardar tener un golpe de suerte para sonreír.
Fueron 36 años de democracia donde los medios de comunicación y las escuelas de periodismo enseñaron que la prensa solo putea, “contra poder”. La prensa fue clave para la construcción de más democracia al ventilar escandalosos hechos de corrupción, pero también cómplice del fracaso de varias reformas y del pensamiento del paraguayo.
A pesar de que, durante 36 años nos pintaron el país de las malas noticias, hubo paraguayos que ignoraron esa mirada destructiva y salieron adelante. No les venció el desánimo ni la desesperanza que destilan desde sus páginas, ya sea por resentimientos o ambiciones voraces de sus dueños, hoy multimillonarios, a costa de la “venta de la mala noticia”.
Paraguay está cambiando, el monopolio de la información ya no lo tiene la prensa, la información es accesible a todos los ciudadanos. Y eso molesta a quienes tuvieron el control de la noticia para lucrar con ellas y someter a gobiernos corruptos.
El grupo Zuccolillo se resiste en ponderar los números que expuso la diputada Rocío Abed, esos números hablan del aumento del consumo, del crecimiento económico, claro, va de contramano a la línea de quienes quieren pintarnos que las heladeras están vacías.
La muestra de la buena marcha económica del Paraguay se traduce en varias formas, venta de electrodomésticos, construcciones, autos, servicios, supermercados, etc., etc. La diputada Abed graficó varios escenarios, entre ellos el Asu Coffee Fest 2025, el festival de café más grande de Paraguay, una iniciativa de jóvenes, con varios sponsors de empresas privadas. Un país en ruinas como pintan estos grupos mediáticos y la oportunista oposición no exhibe esos números de crecimiento valorados a nivel mundial y medibles o tangibles localmente.
El Paraguay está cambiando y a quienes molesta esto son los mismos que en complicidad con el gobierno anterior (Abdo) usaron G. 828.800 millones del IPS para supuestamente hacer hospitales, la plata no está y los hospitales tampoco. Les dejaron a los pacientes con cáncer, asegurados del IPS sin un hospital. Pero de esto no hablan, son criminales de la moral y la decencia.
Y siguen el mismo libreto, politiquillos torpes, incapaces de ganar elecciones y seducir al electorado. Esos políticos, algunos que han amasado su fortuna a costa de merienda escolar de los niños, simulan escandalizarse con la diputada Abed, cuando en realidad se mueren de la envidia porque no son ellos quienes están protagonizando el cambio en el Paraguay, sino otros y encima a pesar de la prensa corrupta y la oposición rastrera, miserable y sin norte. Puedo estar equivocado, pero es lo que pienso.