• Arturo Peña Villaalta
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En junio pasado, cuatro intendentes y un concejal de distintas ciudades paraguayas fueron a Israel a participar de un curso de capacitación. Mientras desarrollaban el taller, el mundo recibía la noticia del estallido de un conflicto entre ese país y Hamás. Repentinamente, ambas fuerzas empezaron un intenso intercambio de misiles.

Los representantes municipales tuvieron que recurrir a los varios refugios antibombas que existen para protegerse. A pesar de que el sistema de defensa antimisiles de Israel tiene un nivel de efectividad muy alto, algunos proyectiles golpearon el territorio. La tensión era grande.

Algunos intendentes hicieron videos desde estos bunkers contando la difícil experiencia que estaban pasando, buscando la empatía de la gente ante tamaña situación crítica. Lo que encontraron, en contrapartida, fue otro tipo “bombardeo”. Una lluvia de críticas en las redes por el estado de las calles en sus municipios les cayó del ciberespacio.

Probablemente no haya sido el mejor momento para criticar a los pobres representantes comunales bajo fuego, pero de forma casi inevitable la imagen de un bombardeo nos remonta a ciertas calles y rutas en varios municipios del Paraguay, en especial en el departamento Central. Baches que podrían ser tranquilamente sitios de impacto de misiles se pueden ver en los recorridos, con el nivel de riesgo que representan.

Avenidas como Artigas, Avelino Martínez y otras ya se han ganado su fama de ser zonas de guerra por el mal estado en que generalmente se encuentran.

Ciertamente, mantener en buen estado el sistema vial de un municipio o de un país no es una tarea menor. Pero, una pregunta me asalta: ¿por qué tantos baches en nuestras calles, avenidas y rutas?

Para no tocar de oído le trasladé la consulta a una amiga ingeniera que trabaja en una firma que desarrolla proyectos viales. Sin entrar en cuestiones muy técnicas, los puntos centrales son la vida útil del asfalto y los planes de mantenimiento del mismo.

Según su explicación, un asfaltado bien hecho en promedio tendría que tener una vida útil de unos 10 años. Las mezclas de los componentes son diseñadas con ese fin. El fin de la vida útil implica la renovación de la capa asfáltica. Pero la falencia más importante está en la planificación del mantenimiento.

El pavimento va teniendo daños de diversa índole con el tiempo. El efecto del agua es uno de los más conocidos. Estos daños generan baches. El trabajo de mantenimiento más común es el bacheo, que implica más que tirar un puñado de asfalto en el hueco y apisonar.

El bacheo es una solución de poca vida útil ya que por el área no muy grande que abarca la intervención, generalmente el asfalto no adquiere mucho agarre. Tiene que estar bien hecho para asegurar alguna durabilidad. Cuando la vía ya se encuentra como pantalón de niño travieso, lleno de remiendos, es momento de pensar en una intervención más profunda.

En los últimos años, la opción de utilizar de pavimento rígido en los proyectos viales se comenzó a considerar con mayor interés. Actualmente la industria cementera tiene capacidad para abastecer una demanda de este tipo. Esto ya fue reglamentado incluso por el Poder Ejecutivo a través de una ley. Entre las ventajas se menciona una mayor resistencia y menor mantenimiento.

Hoy, un tramo de la ruta Bioceánica, en el Chaco, está siendo pavimentado con pavimento rígido. Podría ser un buen parámetro para la efectividad de su utilización a mayor escala. Sin bien no soportará un flujo muy intenso de tráfico, sí estará sometido a condiciones climáticas más extremas y a vehículos de gran peso.

Asfalto o cemento, ambos tienen como principal requisito un trabajo de calidad que garantice su durabilidad, así como una planificación eficiente para su mantenimiento a diferentes plazos. Un buen pavimento no solo garantiza fluidez en el tránsito, también seguridad –cuántos accidentes fatales se debieron a baches–. Además, son la carta de presentación de un país. Paraguay se encuentra recibiendo últimamente grandes eventos internacionales, especialmente en el ámbito deportivo, que atraen a miles de visitantes del exterior. Lo ideal es que estas visitas se lleven la mejor impresión y no un chichón en la cabeza debido a un bache.

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