- Ricardo Rivas
- Corresponsal en Argentina
- X: @RtrivasRivas
El partido del oficialismo nacional La Libertad Avanza (LLA) del presidente Javier Milei, desde la medianoche pasada abre los brazos para que la disidencia de Propuesta Republicana (PRO), que fundara y lidera el expresidente Mauricio Macri (2015-2019) adhiera formalmente a “las fuerzas del cielo”, informó en la madrugada última un encumbrado dirigente gubernamental a La Nación con el compromiso de mantener su identidad en reserva.
El contacto comentado se produjo en el contexto del escrutinio que, a partir de las 18:00 del domingo pasado se desarrolló en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), gobernada por Jorge Macri desde el 10 de diciembre de 2023.
Los datos fríos indican que en ese territorio el vocero presidencial, Manuel Adorni, desde el 10 de diciembre venidero podrá acceder a una banca en la Legislatura porteña después de haber cosechado un total de 1.645.043 votos (30,13 %), sobre un total de 3.088.750 de ciudadanas y ciudadanos habilitados para votar en las elecciones legislativas con las que se renovaron un total de 30 bancas sobre un total de 60 que constituyen el Parlamento citadino.
Detrás de Adorni, con 448.466 electores (27,4 %), se ubicó el radical kirchnerista Leandro Santoro mientras que en el tercer lugar con 261.038 votos (15,92 %), se posicionó Silvina Lospenatto, del PRO, lo que marca un claro retroceso electoral del partido de Mauricio Macri entre las y los porteños.
El éxito comicial alcanzado por LLA –el partido de los hermanos Mieli– pese a que se verificó en una pequeña geografía de apenas 206 kilómetros cuadrados y representa el 7,16 % del padrón total argentino, logró un triunfo de muy alta repercusión simbólico dado que permitió que se resolvieran los liderazgos dentro de la derecha y centroderecha argentinas que, desde el atardecer del domingo pasado, claramente se encolumna detrás del señor Javier Milei.
Por su parte, el ex jefe de Gobierno y ex jefe de Gabinete de CABA Horacio Rodríguez Larreta –confundador del PRO con Mauricio Macri– al frente del partido que denominó Volvamos Buenos Aires, cosechó un total de 132.500 votos (8,1%), sin asociarse con ninguna otra fuerza relevante.
De aquí en más –de cara a las elecciones legislativas nacionales de medio tiempo– con las que se habrán de renovar la mitad de la Cámara de Diputados y un tercio de la de Senadores en el orden nacional el venidero 26 de octubre, los movimientos más relevantes que coincidentes analistas anuncian será –más allá de los resultados que cada fuerza participante de ellas obtenga– será ver quién son las y los dirigentes del PRO que abandonarán a Macri para pasar a desempeñarse en LLA.
Antes de ello, sin embargo –el 27 de septiembre– habrá comicios en la provincia de Buenos Aires (37,6 % del total del padrón nacional) para renovar la Legislatura provincial que gobierno el peronista kirchnerista Axel Kicillof, desafiante dentro de ese partido de la expresidenta y exvicepresidenta Cristina Fernández viuda de Kirchner quien, por su parte, aguarda una sentencia de la Corte Suprema de Justicia de la Nación (CSJN), para confirmar o no una condena a seis años de prisión con inhabilitación vitalicia para ejercer cargos públicos que le fuera aplicada por dos instancias judiciales que la declararon penalmente responsable de la comisión de varios delitos reiterados de corrupción.
Hasta el momento, el presidente Javier Milei y LLA se consolida en varias capitales provinciales con triunfos significativos con el alcanzado el domingo último en CABA. De hecho, su partido ha triunfado en Salta, Jujuy y Chaco.
Con ese panorama por delante, el presidente Milei anunció formalmente que “está avanzando un acuerdo con dirigentes amarillos”, color con el que se identifica el PRO para presentarse coaligados en la provincia de Buenos Aires. Con esas palabras el mandatario no hizo más que reconfirmar que desde muchas semanas trabaja codo a codo con los diputados nacionales del PRO, Diego Santilli y Cristian Ritondo, al igual que con el intendente de la ciudad costera Mar del Plata, Guillermo Montenegro, los que con frecuencia mantienen reuniones de trabajo con la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, hermana de Javier, a la que el mandatario apoda “el jefe”.