- Por el Dr. Juan Carlos Zárate Lázaro
- MBA
Las entidades financieras deben tener estructurado su departamento de análisis y evaluación de riesgos, donde el analista dentro del contexto de su evaluación de la posición económica-financiera-patrimonial de los clientes debe tener en cuenta las relaciones de causa-efecto y no circunscribirse solo a las variaciones de un periodo a otro en términos absolutos y/o relativos, que poco valor agregan al contexto del análisis.
Deberán visualizarse los puntos débiles/áreas críticas de riesgo de la empresa resaltando, a su criterio técnico-profesional, cuáles podrían ser las causas potenciales que los llevaron a ello y recomendando las medidas correctivas que se deberían adoptar para ir revirtiéndolo positivamente.
Siempre es bueno poder adoptar una posición proactiva y no reactiva, “cuando el problema ya los tengamos encima”.
Un buen analista de crédito debe conocer al cliente y a sus principales ejecutivos, principalmente a aquellos relacionados con el manejo de las finanzas de la empresa y la preparación de los estados contables.
Deberá puntualizar cuál o cuáles son los rubros que merecen ser aclarados/comentados por los principales directivos/ejecutivos de la organización, para un análisis más sustancioso.
Si existieron variaciones por encima de lo normal, conocer los motivos. Un acabado conocimiento de los cambios que se van produciendo en los rubros del activo, pasivo y patrimonio neto, además del cuadro de resultados son relevantes en créditos.
La visita al gerente financiero debe agendarse con la regularidad necesaria. Nada lo sustituye donde “in situ” podremos abordar más ampliamente y en mayor detalle los problemas que estamos visualizando dentro de la estructura de la organización.
Los contactos telefónicos y trabajos de gabinete deberán ser complementarios y no primarios. Tratar de no dejar flancos abiertos es relevante para la toma de decisiones del oficial de negocios.
Si el analista de riesgos como parte de su trabajo visualiza “luces amarillas” dentro de la estructura económica-financiera-patrimonial de la compañía debe mencionarlo por escrito de tal forma a que quede evidencia de sus comentarios.
Hay veces en que el oficial de negocios, dado que tiene objetivos cuali/cuantitativos asignados por parte la gerencia de llegar al cierre del ejercicio a un monto determinado de colocación de préstamos y otros productos crediticios/no crediticios tiene en mente como objetivo la función de venta, dejando pasar los comentarios realizados por el analista de riesgos o bien no se detiene a analizarlos en profundidad.
Deberá tener la autonomía necesaria para hacer sus comentarios resaltando cuando del trabajo realizado se deduce que la empresa muestra signos de debilidad dentro del corto y/o mediano plazo, que pudiera poner en peligro la recuperación de nuestros créditos.
Todas las entidades financieras cuentan con sus proceso de crédito corporativo. Una regla de oro en créditos es no violarlos.
Si cumplimos con lo que lo establece y mañana por a o b motivos se presentan inconvenientes en la recuperación de un crédito concedido, los auditores como parte de su protocolo, lo primero que los van a analizar/evaluar es si el proceso de créditos se ha cumplido correctamente.
Los que firman la aprobación del crédito tendrán mitigantes en la defensa de la facilidad crediticia deteriorada dado que el no pago a tiempo u otra circunstancia que pudo haber acontecido con la empresa y/o persona física se pudo haber originado como consecuencia de coyunturas desfavorables a nivel macro y/o microeconómicos u otras causas en nuestro mercado donde las volatilidades y retracción económica en los segmentos de negocios están expuestas al impacto de factores endógenos y/o exógenos.
En créditos RIESGO CERO no existe, pero si fuera correctamente analizado/evaluado, antes de aprobar su desembolso, visualizando las fuentes de repago, podrían reducirse los riesgos potenciales de atrasos y/o incobrabilidad.