• Por Tita De Jesús Ruiz Díaz
  • Profesora jubilada

Soy Tita de Olmedo, tengo 84 años, a los 57 años gracias al Dr. Rodolfo Petersen, quien me hizo una endoscopia, me reveló la causa de los múltiples problemas de salud, que padecía desde los 2 años de vida, celiaquía.

Después de realizar análisis de sangre para confirmar que soy celíaca, me dijeron que contactara con Fupacel. Antes les cuento que sufrí todos los síntomas habidos y por haber durante 57 años (diarrea, náuseas, vómitos, estreñimientos, ronchas en todo el cuerpo, descalcificación, anemia, caries con pérdidas de dentaduras). Me cayó el alma por el suelo porque no sabía qué hacer con la nueva alimentación a seguir, yo nunca había escuchado hablar de la celiaquía.

Hasta que un 3/12/1998 llegué a Fupacel. Era la última reunión del año, había una mesa larga llena de exquisiteces, miré sorprendida y pregunté a las únicas e inigualables señoras que dirigían la fundación. “¿Yo puedo comer todo esto?”.

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Sííí!!!! –me dijeron– “Todo es sin gluten, apto para celíacos”. Desde esa fecha nunca falté a las reuniones mensuales y a todas las clases de cocina, aprendí a hacer pan, galletitas, bizcochuelos, pan dulce… En fin, aprendí a cocinar sin gluten.

Gracias a la Fundación Paraguaya de Celiacos mi vida cambió, soy una persona sana, fuerte, bien nutrida y muy feliz. Al maravilloso grupo de personas que están al frente, trabajan y dan todo de sí, para mejorar la calidad de vida de miles de personas que llegan a Fupacel, sin recibir ninguna remuneración… Gracias, gracias, gracias que el universo les llene de bendiciones por siempre…

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