• Por Víctor Pavón (*)

De manera permanente y falaz los cultores del estatismo izquierdista de raigambre socialista afirman que el capitalismo liberal perjudica a los trabajadores, motivo por el cual propalan el permanente enfrentamiento entre el capital y el trabajo, entre empresarios y trabajadores.

Nada más lejos de la realidad. Fue el socialismo de los comunistas como Marx y Engels los que iniciaron esa dicotomía entre el capital y el trabajo al punto de llevarlo a la lucha de clases que terminó en violencia, hambre y muertes, situación comprobada por los hechos históricos que fueron sucediéndose pese a la prédica colectivista.

La famosa explotación a los trabajadores sigue infelizmente hasta hoy día, aun cuando los hechos dicen sin duda razonable alguna que los salarios de los trabajadores han venido creciendo en la medida que también han aumentado las ganancias empresariales. Tanto el capital como el trabajo son factores de producción y a diferencia de lo que creen los estatistas de la izquierda revolucionaria (como les gusta se les llame) el capital necesita del trabajo y este del capital.

Invitación al canal de WhatsApp de La Nación PY

Para que el capital en forma de máquinas, infraestructura, tecnología, fabricas, ahorro, herramientas y hasta conocimientos pueda crecer y obtener rentabilidad requiere del trabajo porque este los pone en ejecución. Si aumenta el capital, el factor de producción trabajo eleva su valor (vale más) por volverse escaso en relación a aquel. La explicación está en que el trabajo al volverse escaso en relación al capital entonces aumenta su utilidad marginal, esto es, cada unidad de trabajo aumenta su valor.

Este es el motivo y no otro por el cual en los países donde existe más capitales de inversión, los trabajadores tienden a ganar más; y en contrario, en donde existen pocos capitales en inversiones, los trabajadores ganan menos. ¿Por quéun trabajador norteamericano o suizo gana más que uno en un país subdesarrollado? Por el capital acumulado en aquel país que hace posible pagar más a los trabajadores.

Los sindicatos en tal sentido no han hecho más que perjudicar a los trabajadores que dicen representar, puesto que para aumentar los salarios se hace necesario e imprescindible el capital y de su constante aumento.

Los sindicatos tratando de aumentar los salarios mediante medidas de coerción a través de decretos y leyes como el salario mínimo terminan por producir daños a los trabajadores ocasionado informalidad y desempleo. En nuestro país, por ejemplo, con el aumento de cada salario mínimo legal oficial, se favorece a 2 de cada 10 trabajadores, perjudicándose a 8 de cada 10.

Pese a que el mismo Marx había reconocido que el capitalismo liberal es el que mejora el nivel de vida de los trabajadores, lamentablemente hasta la fecha sus seguidores casi nunca hacen notar esta aseveración. Por el contrario, los izquierdistas modernos (si así se los puede llamar) siguen denostando contra capitalismo liberal, el único sistema económico y político que permitió a las masas populares escapar de la pobreza.

Presidente del Centro de Estudios Sociales (CES). Miembro del Foro de Madrid. Miembro del Consejo Internacional de la Fundación Faro. Autor de los libros “Gobierno, justicia y libre mercado”: “Cartas sobre el liberalismo”; “La acreditación universitaria en Paraguay, sus defectos y virtudes” y otros como el recientemente publicado “Ensayos sobre la Libertad y la República”.

Déjanos tus comentarios en Voiz