- Por el Dr. Juan Carlos Zárate Lázaro
- MBA
Una correcta conducción del país en los diversos sectores no es tarea fácil, dado el cúmulo de dificultades que surgen por el camino, incluidos los innumerables temas que se presentan requiriendo una pronta solución, para dar respuesta satisfactoria a la cantidad de personas que padecen diversas patologías que requieren de atención médica de forma diligente e integral.
Son innumerables, afectando a casi todas las especialidades abarcando desde el equilibrio nutricional, y afecciones de diversa etiología siendo la ciencia médica la responsable de dar respuesta para seguir manteniendo calidad de vida.
Es responsabilidad del Estado contar con toda la infraestructura edilicia y de equipamiento necesarios para que nuestra gente pueda ser bien atendida dando respuestas satisfactorias a sus diversas dolencias. La salud del ser humano es uno de los bienes más preciados, pues no tiene sustituto.
A los pacientes que recurren a los centros hospitalarios se los debe brindar no solo atención médica, sino también la provisión de las medicinas que precisan para sus tratamientos prescriptas por sus médicos.
La limitación de los recursos versus los niveles de demanda no permite dar cumplimiento satisfactorio a sus necesidades, viéndose en muchos casos en la necesidad de recurrir a farmacias del sector privado.
El Gobierno viene realizando acciones que permitan una atención más eficiente y eficaz a los problemas de salud pública, pero lamentablemente seguimos adoleciendo de deficiencias estructurales.
Debe entrar a tallar un trabajo proactivo y coordinado, para que los responsables de los hospitales públicos tengan claramente definido y visualizado en tiempo real sus necesidades para brindar a los pacientes la atención que se los merecen.
El Ministerio de Salud tiene la obligación de dar respuestas positivas, pues de poco o nada sirve que podamos tener buenos y modernos equipamientos, si en contrapartida no se cuentan con los insumos necesarios para una atención eficiente, rápida e integral.
La ministra de Salud es la cabeza visible de nuestro sistema sanitario estatal, pero no se lo puede achacar todos los problemas, pues es de suponer que están definidas las líneas de autoridad y responsabilidad como en cualquier empresa.
Esperemos que el equipo de trabajo conformado dé los resultados esperados dentro de los próximos 60 días, pues el objetivo primario es hacer que funcione como debe ser lo que ahora muestran “lagunas”, siendo la UTI una de las unidades más importantes por el servicio que presta a los pacientes.
Si por a o b motivo estos equipos no estén llegando a los centros hospitalarios que precisan de equipamientos e insumos, sus responsables proactivamente deben estar preparados y no esperar que lleguen los 60 días para darle solución a sus necesidades, pues la reactividad nunca es un buen aliado.
Las necesidades en salud pública son ilimitadas. Tratemos de eliminar del PGN los gastos superfluos innecesarios redireccionando a salud pública, evitando que se convierta en un círculo vicioso sin solución.
No podemos dejar de mencionar los problemas estructurales que siguen aquejando al IPS, donde a diario muchos usuarios expresan su queja por la atención, debiendo esperar mucho tiempo para conseguir un turno con un especialista o mismo para una cirugía.
A 18 meses de esta administración es hora que se le dé el “golpe de timón” que precisa, por lo que amerita que se haga la reingeniería y depuración que necesario fuere.