Los líderes que sobresalen en un equipo de trabajo cuentan con habilidades orientadas a satisfacer las necesidades que se van percibiendo dentro de la organización, constituyéndose en uno de los principales factores considerados por la alta gerencia al momento de contratarlos.

Cada uno de nosotros tenemos un estilo de socializar y trabajar con otros, convirtiéndose en una especie de “patrón” dentro de nuestra vida profesional.

La capacidad de adaptación de estilos no significa que tengas que darles el gusto a todos por igual.

Lo que se pretende es que como cabeza de equipo puedas mostrar la necesaria sensibilidad a las individualidades de los integrantes de tus equipos, dada las naturales diferencias observadas en los mismos.

Dentro de un equipo de trabajo encontramos gente con diversos tipos de caracteres y tipos de personalidad. Habrá aquellos que son extrovertidos, a quienes les gusta que se los pueda alabar en público y otros en cambio con un estilo personal distinto prefieren más bien mantener un perfil bajo.

El buen directivo tiene que contar con la suficiente capacidad de manejo, control de su inteligencia emocional, ser lo suficientemente empático y asertivo para poder llevar adelante a su equipo, cumpliendo con los objetivos y metas trazados sin que se puedan producir situaciones que les resulten molestas en función a su forma de ser, carácter o tipos de personalidad.

Aquel que se muestre más extrovertido no habría inconvenientes en que se lo pueda alabar frente a otros cuando realiza un buen trabajo. En cambio los que son más reservados, será mejor hacerlos en privado, de forma a que no se sientan inhibidos o molestos.

Vivimos en la diversidad de los seres humanos y habrá que tener la flexibilidad necesaria para saber convivir con todos, aceptando su forma de ser y buscando que se sientan motivados y reconocidos por su jefe.

Dentro de los equipos de trabajo hay personas que son sueltas de carácter en su forma de ser, y no tendrán problemas en preguntarle al jefe cómo los ven en su trabajo las veces que sea necesario.

Son las personas que se sienten halagadas y motivadas cuando le decís que observás en ellos una buena performance, haciendo que su autoestima se fortalezca.

El jefe no debería ser bueno solo técnicamente, siendo también importante saber manejar el aspecto psicológico y emocional de sus subordinados, de manera de poder sacar lo mejor de cada uno en favor de la compañía.

Un buen líder es aquel que no se circunscribe solamente a los aspectos técnicos del trabajo que realizan sus subordinados, sino que va más allá creando una buena atmósfera de forma a que puedan ver y sentir que como jefe muestras que te ocupas y te preocupas por que cada uno pueda sentirse cómodo y motivado, que se lo escuche en forma activa cuando tiene algún problema o inquietud que desea exponerte a ti como jefe o líder del equipo que eres.

Vale la pena probarlo, para que tu equipo de trabajo pueda aportar a la organización un valor agregado cuali/cuantitativo que sea tangible en función a los planes estratégicos establecidos al principio de cada año y que deberán ser revisados/ajustados periódicamente en función a las necesidades, características del mercado, tendencias y deseos de los consumidores, pues son los que hacen que la gestión económica-financiera de nuestras empresas sean rentables, competitivas y sustentables en el tiempo.

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