- Por Juan Carlos Dos Santos G.
- Columnista
- juancarlos.dossantos@nacionmedia.com
El rey Guillermo de los Países Bajos no dudó al momento de emitir su opinión por los ataques a ciudadanos judíos el 7 de noviembre pasado en Ámsterdam. “Le fallamos a la comunidad judía de los Países Bajos durante la Segunda Guerra Mundial, y ahorales fallamos de nuevo”.
Días antes de conmemorarse un aniversario más de la vergonzosa “Noche de los cristales rotos”, un hecho bastante similar se repitió nuevamente. En esa noche de 1938, sinagogas, hogares y comercios judíos fueron destruidos, mientras el mundo miraba indiferente hacia otro lado.
El recuerdo de lo sucedido en varios países europeos en 1938, entre ellos Países Bajos, reapareció el 7 de noviembre pasado tras los violentos ataques a los aficionados visitantes luego del juego de futbol entre el Ajax local y el Maccabi Tel Aviv.
La violencia desatada en las calles de Ámsterdam motivaron a que el Gobierno del Estado de Israel ordenase que diez vuelos especiales fueran hasta Países Bajos a rescatar a los israelíes que estaban siendo atacados con armas blancas, bates de beisbol y piedras. Algunos aficionados del Maccabi Tel Aviv resultaros heridos y algunos desaparecidos que luego fueron hallados y rescatados. Al día siguiente varios europeos e inmigrantes se juntaron a celebrar los ataques en algunos rincones de la ciudad.
La noche antes, los atacantes coreaban consignas palestinas y antisemitas, estaban identificados con los colores y hablaban en idioma árabe. Unos cuantos fueron identificados como deportistas en Países Bajos y hasta estaba un funcionario de las Naciones Unidas, trabajador de la UNRWA, la misma cuyas operaciones fueran recientemente suspendidas en Israel al comprobarse que varios de sus integrantes formaban parte del grupo terrorista Hamás y que además se vieron envueltos en la masacre del 7 de octubre de 2023.
La caradurez de varios comunicadores, algunos políticos, influencers en redes sociales e incluso algunas autoridades de países europeos, llegó al límite de culpar a las propias víctimas por hacerse presente en el lugar y pretendían falsamente culpar a los hinchas del Ajax por los ataques. Nada más errado.
El importante club, con gran historia deportiva europea, es una institución muy afín al judaísmo y sus hinchas acompañaron a los de Maccabi Tel Aviv durante y después del juego, ayudando a que la violencia desencadenada en las calles no tuviera un desenlace peor del que ya fue.
Cuando se produjo la masacre del 7 de octubre de 2023, Israel envió una fuerte advertencia a Occidente: “Ahora van ustedes”, decían, dejando en claro que el problema del terrorismo o del radicalismo islámico y la causa palestina no era exclusividad de ellos, era para todo el mundo.
Con respecto a los palestinos y su causa, el conflicto con Israel ya se ha salido de su lugar natural y amenaza con expandirse a otros lugares como ya sucede en varias ciudades europeas. Ahora ha llegado hasta el deporte, y no parece que fuera a disminuir.
Está bien ser empático con la lucha de un pueblo, pero no está bien que ese pueblo quiera cargar a todos con su lucha y ellos llamarse a descanso. No existe nadie en el lado palestino que hoy esté en condiciones de negociar la paz para su pueblo; al contrario, las pocas cabezas pensantes que existen están convencidas de que su lucha solo terminará el día que Israel sea exterminado.
Como verán, ya no se trata de Israel ni de judíos, se trata de la desestabilización de Europa con inmigración ilegal desde países como Siria, Libia, Afganistán, los Territorios Palestinos y otras regiones. Por cierto, ¿notaron que nunca emigran a países como Arabia Saudita, EAU, Kuwait, Omán o el mismo Yemén?