Fadul dice que la decisión del senador Orlando Penner de afiliarse al Partido Colorado no es ilegal, pero claramente inmoral. Definamos moralidad, “acciones de las personas dependiente desde el punto de vista de su obrar en relación al bien o al mal”. Orlando sigue siendo exactamente la misma persona, con sus mismos ideales y como dijo el viernes “con las mismas convicciones”.

Entiendo la molestia de Pedro Fadul. Orlando es una persona querible, apasionado por lo que hace y de un corazón noble. Ambos abrazaron los mismos ideales, ambos recorrieron el país de punta a punta hace 25 años cuando nació el Partido Patria Querida. Ambos encendieron una esperanza de que en Paraguay se pueden hacer bien las cosas, pero lo que olvida Pedro es que desde siempre predicaron que el cambio en el Paraguay lo harán las personas comprometidas, no los partidos políticos.

“Los enemigos, los adversarios no son los colorados, ni los liberales, los enemigos son los problemas”, repetía hasta el hartazgo Fadul. Y tiene razón, la postura maniqueísta que tiene hoy la oposición (aquí estamos los mejores, los más buenos y los más bonitos) les ha llevado al rotundo fracaso. Hoy Fadul dice que Orlando se fue con el adversario, con el enemigo, entonces, tiene razón Penner cuando dice “quedaron atrás y enterrados los principios que me llevaron a ser uno de los fundadores de Patria Querida”.

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Lo que sí me parece inmoral es claudicar los principios que motivaron a un grupo de personas a involucrarse en política y arrastraron a miles de paraguayos con ese ideal. Cuando Nicanor Duarte Frutos era presidente de la República impulsó la famosa Ley de Adecuación Fiscal. Patria Querida tenía 7 senadores en ese periodo. El oficialismo necesitaba esos votos para aprobar la ley. Fadul y sus senadores entendieron la importancia de la ley para reordenar las finanzas públicas, luego del descalabro del gobierno de González Macchi. Nicanor logró la aprobación de la ley gracias a los votos de los patriaqueridistas. Las portadas de los diarios y los opositores trataron a ese sector político de sometidos al nicanorismo. Hoy esa decisión política significó un gran paso en el ordenamiento fiscal. Esta era la línea principista de PQ, apostar a lo que le conviene al Paraguay más allá de quien lo proponga.

Lastimosamente, la dirigencia actual sepultó los principios fundacionales e ingresó la tilinguería de la oposición mediocre, oportunista y absurda. Penner cuenta que le recomendaron desde su ex partido no acompañar la ley que crea la Superintendencia de Pensiones y Jubilaciones porque era una propuesta del cartismo y ellos no querían quedar pegados.

Es decir, no les importó la conveniencia de la ley para el país, sino las portadas de los diarios. Entonces, parafraseando a Fadul no es ilegal cambiar de partido político, pero me parece claramente inmoral pisotear los principios y las convicciones para evitar la crítica simple de los odiadores de siempre. Los patriaqueridistas antes que denostar contra Penner, deberían preguntarse por qué uno de sus fundadores abandona el barco. ¿El problema es Penner o son los actuales dirigentes de ese partido? Puedo estar equivocado, pero es lo que pienso

Etiquetas: #Penner#Fadul

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