DESDE MI MUNDO

  • Por Carlos Mariano Nin
  • Columnista

56 personas se sacaron la vida entre el 1 y el 30 de enero de este año. “9 de cada 10 personas que murieron por suicidio tenían al momento de la muerte una enfermedad mental no diagnosticada o maltratada”, dicen los expertos. Pareciera ser una simple estadística, pero va más allá de lo que podemos comprender. Es un tema complejo y de raíces profundas.

La depresión es el trastorno mental que más afecta a la población y es, además, una de las principales causas de discapacidad en el mundo. Aunque es una enfermedad tratable, seis de cada diez personas que la padecen en América Latina y el Caribe no buscan o no reciben el tratamiento que necesitan.

Un estudio de la OMS revela que Paraguay se encuentra en los primeros lugares entre los países de la región con el mayor porcentaje de habitantes con depresión. La ignoramos, pero está entre nosotros. Alguien en nuestras familias la padece y seguimos sin entenderla.

Comentábamos con un amigo que la depresión es como un profundo pozo. Cuando caemos, miramos hacia arriba y solo hay personas que simplemente viven sus vidas sin mirar hacia abajo. Y cuando tocamos fondo y miramos a los costados, solo vemos soledad y sentimos miedo. Entonces, el pozo se hace más y más profundo. Y lo que uno escucha no es más que el silencio.

Depresión, problemas económicos, adicción a drogas, desarraigo familiar, sentimiento de soledad (principalmente en adolescentes y jóvenes), dolencias psicológicas, son los principales disparadores que llevan a muchos a tomar la drástica determinación.

No soy psiquiatra, pero creo que si mirásemos hacía abajo veríamos que las personas deprimidas solo quieren “cortar el dolor” como decía una amiga en un postreciente. Y los primeros auxilios serían escuchar, compartir, mostrarles a esas personas que no están solas y que se puede salir del pozo. Buscar ayuda también es una buena señal.

Mamá siempre me decía que todos llevamos nuestras tormentas por dentro. Hoy recién entendí que era verdad. Si tu tormenta es muy fuerte, busca refugio. Si ves a alguien bajo la tormenta ofrécele un techo. A veces una palabra, un abrazo, un grito al fondo del pozo… te salva de la tempestad. Pero esa… esa es otra historia.

Etiquetas: #laberintos

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