• Por Víctor Pavón (*)

Se inició en estos días la última parte de las negociaciones entre la Unión Europea (UE) y el Mer­cosur para un acuerdo entre ambos bloques regionales. Una oportunidad estratégica para ambas partes.

Sin embargo, hay algo que no cuadra en esta negociación y se refiere al Reglamento 1115 aprobado en la UE que Para­guay debe hacer expresa observación que dicho docu­mento no formará parte de su cuerpo jurídico interno, por lo que no podrá ser obligado a su cumplimiento.

Ocurre que el año pasado la UE aprobó el Reglamento 1115 que tiene como objetivo impedir la entrada y comercialización en sus países de productos pro­venientes de la deforestación.

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El Reglamento 1115 responde a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS 13 y 15) Pro­tección del Medio Ambiente de la Agenda 2030. El objetivo, dicen, es preservar los bosques a fin de evitar el cambio climá­tico. El Reglamento UE 1115 afecta al Paraguay. El futuro de 280 mil pequeños produc­tores y productos derivados del ganado, la soja, el cuero y la madera que, de aprobarse ese documento, quedarán fuera del mercado de la UE.

Exportar a la UE obligará a contar con una declaración certificada en donde se pruebe que los productos salen de lugares donde no se hicieron medidas de deforestación, sumado a tortuosos trámites de papeles y de órganos esta­tales que deberán verificar y sellar los permisos corres­pondientes, acompañado de la geolocalización de las par­celas, tiempo de producción y elaboración. Un culto a la tra­mitología, un asedio insopor­table para exportar alimentos.

¿Cómo cree la UE que se siem­bran y se cosechan alimentos como el maíz, el poroto, la soja, la carne, el arroz, la yerba, el trigo y otros sin tener que tocar los bosques?

Muy a diferencia de lo que la infernal burocracia de la UE cree y desea con su desgra­ciado documento, aquí en Paraguay, la producción y la productividad en el campo no se hicieron contra el campo y contra el cuidado de los bos­ques. Se hicieron y se hacen preservando las áreas bos­cosas, al punto que ¡el 40 por ciento de nuestro territorio está cubierto de bosques!

Un logro que por lejos supera a lo que se tiene hoy día en los países miembros de la UE.

Por supuesto que deben cui­darse las áreas boscosas, pero también para producir alimentos se requiere de una integración virtuosa entre cultivos, animales y bosques: esta ha sido una integración virtuosa que dio el paso en la historia de la humanidad desde la miseria, el desempleo y el hambre hacia el progreso, puestos laborales y alimentos.

Todavía más, en Paraguay logramos cambiar un derro­tero de errores que en un momento dado ciertamente dañaban el bosque. Déca­das atrás se consideraba a las áreas boscosas como un bien improductivo pasible de expropiación. Pero hubo una transformación. Se cambió la legislación sobre los bosques y su uso productivo.

El Decreto 7702/17 del enton­ces presidente Horacio Cartes estableció que toda propiedad rural de más de 20 hectáreas mantenga el 25 por ciento de bosques naturales. Y si el terreno no cuenta aún con el mínimo de bosque natural, el propietario puede reforestar al menos el 5 por ciento de su terreno. ¡Y la reforestación se hace con especies nativas!

De este modo se fue logrando una portentosa producción de granos y carne en el país. Se incrementaron la produc­ción y la productividad ocu­pando el lugar 11.° en carne y 4.° en soja a nivel mundial, con empleos e inversiones, con una cadena de valor envidia­ble para un país mediterrá­neo, preservando los bosques y el medioambiente.

Y todo esto sin necesidad de un desgraciado reglamento como el 1115 de la UE que pre­tende establecer para fisca­lizarnos como si fuéramos serviles a su antojadiza y paranoica agenda climática que, por cierto, desde hace semanas atrás hasta los pro­pios agricultores europeos se levantan contra ella.

(*) Presidente del Centro de Estudios Sociales (CES). Autor de los libros “Gobierno, justicia y libre mercado”; “Cartas sobre el liberalismo”; “La acreditación universitaria en Paraguay, sus defectos y virtudes” y otros como el recientemente publicado “Ensayos sobre la libertad y la República”.

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